El libro fue publicado por Editorial Sudamericana después de la muerte de su autor, en una edición al cuidado de su hijo, Daniel Vázquez Sallés. Interesará particularmente a los aficionados españoles y más aún a los forofos del Barcelona, o Barça –en catalán-, el equipo del argentino Messi.
Vázquez Montalbán fue un escritor aclamado por crítica y público. Yo he leído casi todo lo que escribió. Me interesó más como novelista. Como aficionado a la literatura policial y a la gastronomía celebré sobre todo su serie de Pepe Carvalho, un baqueteado y sufrido detective privado gallego de paladar negro que vive en Vallvidrera, en el distrito barcelonés de Sarriá-San Gervasi y ocasionalmente viaja a algún país de Europa, el Caribe o Asia. Salvo esas escapadas, lo pasa mal, desde luego; pero siempre resuelve el caso. Su creador quiso hacer de él, quizás, una versión hispana y tan amarga de su personaje como Dashiell Hammet de su Sam Spade, o Ross Mac Donald de su Lew Archer.
Vázquez Montalbán respiraba catalanismo por los cuatro costados, lo que no le impidió ser un hombre cosmopolita y mundano. Su visión del universo y la vida fue más bien sombría. Según alguno de sus editores, “sus escritos se caracterizan por la ironía y por una visión crítica y demoledora de la realidad social”. No faltaron quienes dijeron que como todos los hombres bajos tendía a sobrecompensar, y eso le hacía antipático. ¡Se dice cada cosa!
No tuve el gusto de conocerlo personalmente, pero de haber sido así me atrevo a suponer que habríamos hecho buenas migas, aunque más no hubiera sido que por el hecho de tener como aficiones comunes las novelas de policías y ladrones, la buena mesa y haber publicado los dos un libro de recetas de cocina.
Su obra “Galíndez” me pareció un trabajo muy bueno y muy revelador sobre la vida y milagros de Jesús de Galíndez, representante del Gobierno Vasco en el exilio ante el Gobierno de Estados Unidos –y doble o triple espía de varios servicios secretos, entre los cuales la CIA-, secuestrado en Nueva York por sicarios de Trujillo y torturado y asesinado después en Santo Domingo por el dictador dominicano.
Esa novela, en la que se mezclan con gran maestría la realidad y la ficción, obtuvo el Premio Nacional de Narrativa en 1991 y el Premio Europa-Literatura en 1992.
El libro póstumo de Vázquez Montalbán se compone de un ensayo y varios artículos dedicados al mundo del fútbol. El autor dejó preparada la selección completa de sus escritos y marcó el criterio general de su ordenamiento, seguido a rajatabla por su hijo, para quien “en más de tres decenios el fútbol ha vagado o errado por múltiples caminos hasta convertirse en lo que parece que es y será en el transcurso de este milenio: una religión en manos de grandes multinacionales”.
© José Luis Alvarez Fermosel
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