viernes, 31 de julio de 2009

De desaliños e ideologías

El ex guerrillero de ultraizquierda José “Pepe” Mujica, devenido político y candidato a la presidencia de Uruguay, está por estrenar su primer traje, a los 64 años.
Mujica, dicen cables de agencias y despachos de corresponsales, anda por las calles de la capital uruguaya siempre vestido con un gastado pantalón vaquero, viejas poleras y zapatillas deportivas sucias.
Se lo ve a menudo desgreñado y sin afeitar. Ocasionalmente se toca con un sombrero que parece adquirido de enésima mano en una chamarilería del viejo Montevideo.
Con tal de que no huela, como el indio de aquella novela de Raymond Chandler…
(A mí me dijo tiempo ha una gitana que me olfateaba como un cachorro en la penumbra del Sacromonte granadino:
- No hueles a hombre.
- ¿A qué huelo?
- A mujer, que son las que se echan perfume.
Yo, que me había friccionado con alcohol de romero después de ducharme en el gimnasio, le pregunté:
- ¿A qué huelen los hombres, o a qué deben oler?
- A sudor, a vino y a tabaco.
Ella olía a canela y jazmín. Se lo dije. Nos pusimos de acuerdo…)
Los últimos presidentes de Rusia, cuando todavía era la Unión Soviética, se encargaban los trajes en la mundialmente famosa sastrería italiana Brioni, que vistió al actor británico Pierce Brosnan en su caracterización de James Bond.
Fidel Castro, el numen de todos ellos, aparece en público y en las conferencias internacionales impecablemente vestido con trajes cruzados, tal vez firmados por Armani.
Su más apasionado turiferario, el bolivariano Hugo Chávez, no le va a la zaga, aunque se ciñe los trajes al cuerpo como un torero. Georges Simenon decía al respecto que pocas cosas empeoran tanto el aspecto de un hombre en su plenitud como un traje estrecho.
Yo conozco marqueses –no voy a dar sus nombres, naturalmente-que van a fiestas con parkas con capucha y los zapatos sin lustrar desde hace tanto tiempo que parecen grises, sean del color que sean, por el polvo acumulado en ellos. Y son de derecha.
A mí me parece que la ideología no tiene nada que ver con la indumentaria.
Vestirse sencilla y correctamente, de forma apropiada a cada ocasión, es lo más indicado para los derechistas, los izquierdistas y los centristas.
“Marcar tendencia” con las vestiduras, hacerse notar o pretender agredir, más que esnobismo, a mi juicio es una gilipollez.
No haberse puesto nunca un traje hasta los 64 años no creo que tenga significado de símbolo, signo, bandería, ideología o carácter. Más bien es un extremismo.
El dictador rumano Nicolás Ceausescu tenía 9.000 trajes. En los 24 años que estuvo en el poder estrenó un traje cada día. Otro extremismo.


© José Luis Alvarez Fermosel
Notas relacionadas:

“El ‘presidenciable’ favorito de Uruguay estrena su primer traje a los 64 años”
(
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/31/internacional/1249056472.html)
“El macho posmo en ojotas”
(
http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2007/09/el-macho-posmo-en-ojotas.html)

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