domingo, 1 de febrero de 2015

Febrerico el loco



Ya llegó febrerico el loco, criticado por meteorólogos, cronistas e incluso por poetas, aunque no mereció que T. S. Elliot se ocupara de él como se ocupó de abril, al que calificó de “el mes más cruel”.  
Hay un refrán español que dice: “Febrerillo el loco, con sus días veintiocho, sacó a su padre al sol y después le apedreó”.
Pero tranquilos, que no correrá la sangre al río, después de todo. Febrero es un mes un poco locuelo, pero se pueden contrarrestar su travesuras, que eso es en realidad, un mes travieso, aliándose con Cupido para que éste le dispare sus flechas, preparando así el Día de San Valentín, que como se sabe es el Dia de los Enamorados y se celebra el 14 de este mes de “(…) siete capas y un sombrero”.
Uno no puede nunca fiarse, empero, de la regularidad con que a febrero se le cante distribuir sus fenómenos meteorológicos.
Febrero es irregular. A mayor abundamiento, es también intempestivo y versátil.
De ahí que durante su breve reinado pueda hacer frío, calor, llover, granizar e incluso nevar.
Febrero es mes de carnavales. Tendría que haberme ido a Río, o a Gualeguaychú (Entre Ríos, Argentina).  
El sol de febrero, que en el sur corresponde al verano, es más clemente que el de sus antecesores: diciembre y enero. Pero no hay que confiarse y dar de baja a los elementos de refrigeración.
“Febrerillo el loco” es una obra de los comediógrafos españoles Serafín y Joaquín Alvarez Quintero (ilustración), que se estrenó en el teatro Lara de Madrid el 28 de octubre de 1919.  Es algo así como una versión teatral de la historia del hijo pródigo, éste último “aggiornado”. 
De cualquier manera, demos la bienvenida a febrero y pensemos que a lo largo de sus 28 días nos va a ir muy bien.
Porque nos lo merecemos.

© José Luis Alvarez Fermosel

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