En este berenjenal
de días que nada tienen que ver con la estación a la que pertenecen, surge uno
gris, desangelado, que más bien parece de otoño: indudablemente para contribuir
a la confusión general. También en primavera.
El cielo parece una
plancha de zinc. Algún optimista piensa que hoy, 21 de setiembre, primer día de
la primavera en el sur, aparecerá el sol.
Los estudiantes,
antes de salir a festejar, buscan arrumbados paraguas en sus habitaciones con
libros, apuntes e ilusiones. Aunque llueva, se echarán a la calle. Son la
Juventud, así, con J mayúscula. Es su día. ¡Felicitaciones!
Quizás llueva en el
primer día de la primavera. Si así fuera, roguemos porque la lluvia sea fina y
cálida, y nos acaricie en lugar de empaparnos, a ver si nos arranca una
sonrisa, que andamos todos últimamente demasiado serios.
De cualquier modo,
se componga el tiempo y todo lo que anda manga por hombro o no, ¡arriba los
corazones! ¡Buen ánimo!
Que como aquella
vieja canción infantil, las nubes se levanten.
Mientras escribimos
estas líneas parece que el sol, después de todo, va a animarse a hacer acto de
presencia.
Todo va a salir
bien, al final.
Por una sencilla razón:
la vida empieza siempre.
© José Luis Alvarez Fermosel
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