Alguien hizo las “pases” (en lugar de
paces) con alguien, leí hace unos días en un titular de un medio informativo online,
no recuerdo ahora cuál. El editor no envió al redactor del título a pacer con
las vacas a las feraces praderas de Corrientes. Así estamos.
El crimen de la estudiante chilena”, dicen
en el noticiero de todos los canales de aire. La pobre estudiante chilena no
cometió ningún crimen, fue objeto de uno. El asesinato de la estudiante
chilena, debería decirse.
La Gramática y su hija favorita, la
Ortografía caminan llorando, maltratadas, dando tumbos por un sendero
solitario, quizás en busca de un lugar en el que las traten bien… ¿Acaso la
Real Academia Española?
Las otras hijas, la Prosodia, la
Morfología, la Sintaxis y las nietas, la Ortología y la Fonética se quedaron en casa sollozando, también. El panorama
es sombrío.
Alex Grijelmo dice que nunca ha visto a un
periodista que escriba bien… y con faltas de ortografía.
Alguna razón habrá para que quienes tienen
ideas brillantes y se muestran rigurosos en sus datos y en sus fuentes sean
también los que más cuidan su forma de expresarse.
Grijelmo añade que no se refiere a la
necesidad de adquirir unos conocimientos teóricos, filológicos, lexicográficos…
que muchos consideran aburridos. Hablo del genio del idioma, del armazón
interno que tiene nuestra lengua y que nos atrapa con la suavidad y la fuerza
de un oso panda gigante, añade.
Inmediatamente se alzaron voces
disidentes:
Se entiende lo mismo, se escriba como se
escriba; yo vengo diciendo “primer vez” desde que tengo uso de razón, no voy a
empezar ahora a decir primera vez; hay cosas más importantes que la ortografía;
escribiendo de prisa, a veces uno se confunde; ¡basta con los maestrillos!;
¡cada uno escribe como sabe!; confrontar significa cotejar, comprobar, pero ha
cambiado ya de significado y ahora se usa como sinónimo de enfrentar; ¡como si
no tuviéramos bastante con todos los que nos corrigen, ahora viene el señor
Alex Grijelmo a enmendarnos la plana!: ¿quién es el señor Grijelmo y cuáles son
los pergaminos que le autorizan a pontificar?
Los pergaminos de Grijelmo
Pues el señor Grijelmo y sus pergaminos
son:
Alex Grijelmo nació en Burgos (España), en
1956. Es doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y
titulado en alta dirección de empresas (PADE) por el IESE. Trabajó en el diario
La voz de Castilla, en la agencia Europa Press y durante dieciséis años
en diario El País de Madrid. Coordinó la edición del Libro de estilo de ese
periódico (1988), y ha escrito El estilo del periodista (1997), Defensa
apasionada del idioma español (1998), La seducción de la palabras
(2000), La punta de la lengua (2004), El genio del idioma (2004), La gramática
descomplicada (2006), Palabras moribundas 2011), en colaboración con
Pilar García Mouton, y La información del silencio (2012). Fue responsable
periodístico de los medios de Prisa en América, dirigió la agencia EFE
(2004-2012) y en 2007 fue elegido presidente del Consejo Mundial de Agencias
para un mandato de tres años. En 1999 recibió el premio nacional de periodismo
Miguel Delibes, y en 2006 el honorary degree de la fundación
universitaria ESERP por su gestión empresarial, así como la Antena de Oro de la
Asociación de Profesionales de Radio y Televisión por sus colaboraciones sobre
lenguaje en el programa de RNE No es un día cualquiera, que dirige Pepa
Fernández. En 2012 se reincorporó a Prisa Noticias como director de Desarrollo
Internacional, y actualmente es adjunto al director de El País y columnista del
periódico con su sección La punta de la lengua.
Este texto figura íntegro, tal cual lo hemos
transcripto, en la solapa de la cuarta edición de El estilo del periodista,
de Alex Grijelmo, publicada por la colección Pensamiento de la editorial Taurus
en Buenos Aires. El libro está en todas las librerías, mide 24 por 15
centímetros y tiene 568 páginas. Su lectura es altamente recomendable para
todos los profesionales de la información.
Acaso lo sea también para esas personas
relativamente educadas a las que María Elena Walsh responsabiliza en su libro Diario
brujo del “desmadre lingûístico”.
Los desposeídos, las personas humildes
suelen ser modelos de corrección, saben muy bien lo que quieren comunicar y
nadie deja de entenderlos: a muchos porque son provincianos o de diversos países
hispanohablantes, a otros porque disfrutan de una quizás incompleta pero
excelente enseñanza primaria, remachaba la excelente escritora,
compositora y cantante argentina.
Por la transcripción: © J. L. A. F.
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