martes, 7 de febrero de 2012

Treinta y siete años no es nada

No hace mucho hablábamos de los sellos, o estampillas que se fijaban antes a las cartas, que ya no se despachan o se despachan muy pocas; pues bien, nos enteramos por la nota relacionada de Ambito.com que una postal tardó 37 años en llegar de Canadá a la entonces República Democrática Alemana (RDA). La postal conserva todavía el sello, o la estampilla.
Tal cosa ocurría una vez entre un millón. Las cartas llegaban puntualmente. Tan así era que cuando alguien decía que había mandado una carta o una postal, como en el caso que nos ocupa, y no había llegado a destino, se le retrucaba diciendo: Las únicas cartas que no llegan son las que no se despachan.

© J. L. A. F.

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