La aparición en las series televisivas de actores mayores (“viejos son los trapos”, se dice en Argentina), se debe a que faltan argumentos, los guiones cinematográficos son muy pobres, escasean y en la televisión hay historias que interesan y la oferta es amplia.
Así opina la actriz estadounidense Jessica Lange (protagonista de “remakes” como “King Kong” (ilustración), “El cartero llamó dos veces”, “El cabo del miedo” y forjadora de otros éxitos en versiones originales). Lange tiene 63 espléndidos años. Su experiencia en “American horror story” fue muy gratificante.
Actores de su misma nacionalidad y de la categoría de Dustin Hoffman, Anjelica Huston o Shirley MacLaine, todos de más de 60 años, encuentran en las series los papeles que el cine de Hollywood les niega por considerar que tienen una edad muy avanzada y ya no sirven para nada.
Al público le encanta ver en la pequeña pantalla, maduros, más sabios, a sus ídolos de la pantalla grande.
Algunos, como Christopher Plummer, de 82 años, ganan premios importantes e incluso son seleccionados para el Oscar.
La nota relacionada, escrita por Rocío Ayuso en Los Angeles y publicada por el diario madrileño El País con el título “La televisión, ese retiro dorado”, toca este tema con abundancia de datos.
© J. L. A. F.
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