Una
muestra más del talento del genial Quevedo. Yo solía recitar este ovillejo en
la radio.
Don
José de Pimentel,
(aquí entra él),
unos versos me pidió,
(aquí entro yo),
para Bernarda la bella,
(aquí entra ella),
y está tan fatal mi estrella,
en esto de discurrir,
que no encuentro qué decir,
ni de él, ni de mí, ni de ella.
(aquí entra él),
unos versos me pidió,
(aquí entro yo),
para Bernarda la bella,
(aquí entra ella),
y está tan fatal mi estrella,
en esto de discurrir,
que no encuentro qué decir,
ni de él, ni de mí, ni de ella.
Por
la transcripción: © J.L.A.F.
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