Jitanjáfora es un término utilizado por el escritor y
diplomático mexicano Alfonso Reyes, que
fue embajador en Argentina, Brasil, España y Francia.
Reyes quiso designar con esta palabra los efectos
onomatopéyicos y fonéticos de expresiones de la poesía afro antillana que
reproducen el ritmo de la música y la danza negras.
La palabra jitanjáfora está tomada, en este caso, de
un artículo que el poeta y diplomático cubano Mariano Brull publicó en 1929.
Brull fue uno de los más eximios cultores de la poesía nueva.
Jitanjáfora, según otra definición, es un enunciado
lingüístico formado por palabras inventadas sin un significado concreto por sí
mismas.
Su función poética se basa en sus valores fonéticos,
que pueden tener un sentido en relación con el texto en su conjunto.
La poesía popular incluyó siempre en sus composiciones
este vocablo, utilizado por algunos escritores del Siglo de Oro español, Lope
de Vega entre ellos.
El abogado, político y escritor guatemalteco Miguel
Angel Asturias (Premio Nobel de literatura
1967) la usó mucho en sus textos.
También figura en las obras de la poetisa argentina
Alejandra Pizarnik, salpicando su obra La bucanera de Pernambuco, que
además de su indiscutible valor literario tiene un título muy eufónico, ya que
estamos hablando de sonidos.
© José Luis Alvarez Fermosel
No hay comentarios:
Publicar un comentario