Dice:
-
¿Hablaste con el ingeniero?
-
Sí, le mandé un e-mail y dos SMS
-
¿Te contestó?
-
No, lo que quiere decir que todo está bien.
-
Perdóname, pero no sabemos si está todo bien, o todo mal; en realidad, no
sabemos nada hasta que el ingeniero nos responda.
-
Ya te he dicho que le dejé varios mensajes.
-
¿Pero hablaste con él?
-
Me comuniqué con él.
-
Sí, pero por lo que me dices, él no se comunicó contigo, así que estamos como
cuando vinimos de España.
-
No sé…
-
Yo sí sé; yo sí sé lo que hay que hacer: llamarle por teléfono, que se ponga,
como decía Gila y hablar con él, esto es, que tú le digas lo que le tienes que
decir y él te diga lo que te tiene que decir.
-
¿Y si no está, o el teléfono da ocupado?
-
Esperas un rato y vuelves a llamar, o le mandas los mensajes que quieras,
cortos o largos, por la vía que quieras, pero te aseguras de que te conteste. Y
de paso, averiguas si está de buen humor, o de malo, y si te dice todo lo que
te tiene que decir. Me interesa también, ¡y mucho!, que establezcas contacto
con un ser humano, aunque sea verbalmente.
-
No sé…
© José Luis Alvarez Fermosel
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