Fascinación
significa gran atracción, carisma, deslumbramiento, embrujo, “glamour”,
seducción.
Películas:
Love in the afternoon (1957), que se dio en España con el título
de Fascinación, precisamente por el
vals de ese nombre: el “leit motiv” musical de la película, dirigida por Billy
Wilder e interpretada por Audrey Hepburn, Gary Cooper y Maurice Chevalier.
La
película se basó en la novela Ariane,
de Claude Anet. Jane Morgan cantaba la canción.
Hubo
otras dos películas con el título en español de Fascinación: una norteamericana de Brian de Palma, de 1976: Obsession en inglés, con Catherine
Bujold y Cliff Robertson y otra argentina, ésta sí titulada Fascinación, de 1949, dirigida por
Carlos Schlieper, con Arturo de Córdoba y Elisa Christian Galvé como
protagonistas.
Embrujo de Sevilla
En
España hubo un perfume que se llamaba Embrujo
de Sevilla, que no sé si era de la casa Gal. Y es que el embrujo, o la
fascinación, o la seducción, que todo es lo mismo, tiene perfume, que a veces
persiste y a veces se diluye.
Por
eso, cuando a uno le llega la fascinación, tiene que colgarse de ella como de
un cable a tierra; y si uno emite fascinación, como las luciérnegas luz, qué
fortuna, qué don maravilloso, que no se debe retacear; claro que a veces uno es
fascinante y no se da cuenta.
Si
uno es tan sensible como un besugo, no sólo no podrá fascinar a nadie, sino que
no le llegará la fascinación, aunque ahora que lo pienso un besugo a la espalda
bien asado puede llegar a ser fascinante.
©
José Luis Alvarez Fermosel
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