lunes, 30 de junio de 2014

El caballero del perrito



El caballero camina con firmeza y no sin cierto garbo por el barrio elegante en la tarde medio nublada.
El sol se abre paso por entre las nubes y sus rayos imprimen a las baldosas del pavimento un raro color azul, un azul mineral, antipático.
Alto, derecho, esbelto, el caballero viste ropas deportivas, de tonos claros.
Lleva un perro de lanas gris, pequeño y juguetón, sujeto por una larga cuerda trenzada que permite mucha autonomía al animalito, que a veces se detiene. Entonces el señor tira del cordón y el can reanuda su marcha.
El estrépito del tránsito rodado. Llora un niño. Ladra un perro, otro perro que no es el del caballero.
De pronto, el fragor remite un tanto y entonces puede escucharse el trino de los oscuros pájaros del crepúsculo desde las copas de los árboles, la mayoría de los cuales perdió ya sus hojas, pues ya empezó el invierno en el hemisferio sur, un invierno que parece que va a ser muy frío desde el principio.
Luce el señor su cabellera oscura, salpicada de canas, un poco larga pero prolija. Tiene cierto garbo y un aire distinguido de aristócrata, con esa pizca de discreción y rigidez que parece exclusiva de los diplomáticos de carrera.
El caballero se para ante la fachada de un edificio antiguo. El perro se sienta, su amo saca unas llaves del bolsillo de su pantalón color marfil, abre la puerta con una de ellas y entra en la casa.
Se ha levantado un vientecillo que arremolina las hojas caídas de los árboles. El cielo se nubla del todo. En cualquier momento empezará a llover.

La dama del perrito

“La dama del perrito” es un cuento del escritor ruso Anton Chéjov (1860-1904), publicado en 1899 en la revista Pensamiento Ruso. Del cuento se hicieron dos películas: una rusa –con el mismo título-, en 1960, dirigida por Josif Heibitz y protagonizada por Aleséi Bataló e Iya Sávvina. Ganó la Palma de Oro a la mejor película en el Festival Internacional de Cine de Cannes.
La otra, de Nikita Milkhalkov, fue filmada en 1987 con el título de “Ojos negros” y con Silvana Mangano y Marcelo Mastroianni en los primeros papeles.
En teatro, en versiones libres, “La dama del perrito” se representó en las salas más importantes del mundo. No hay actriz –de las que no la hicieron, que no son muchas- que no sueñe con interpretarla.
La obra sirvió también de guión a multiples versiones artísticas interdisciplinarias.
Un dato curioso: el perrito de la dama era un Pomerania. Creo que el del caballero tiene algo de Griffon.
Siguiendo a Chéjov, podría intentarse escribir un cuento titulado “El caballero del perrito”.
Por lo menos, los principales personajes ya están presentados.

© José Luis Alvarez Fermosel

No hay comentarios: