El hombre que escribe acerca de sí mismo y de su
propia época es el único que escribe acerca de todas las épocas y de todos los
tiempos.
(George Bernard Shaw)
No me acuerdo de qué escritor se dijo que era un
cronista de la nostalgia y de las pequeñas cosas de la vida, pero vaya desde
ahora mismo mi homenaje para él, por ocuparse de la fachada cuando nos
ocupamos, e incluso nos preocupamos tanto de la trastienda.
Pocos en este medio –me refiero al periodismo- le
damos la importancia que tiene a la penúltima hora. Todos estamos pendientes de
la última hora, de la noticia de último momento. Por eso no abundan los
escritores, los buenos escritores de artículos de tema ligero, que carguen sus
escritos de subjetivismo y literatura.
Menudean las críticas a los usuarios del yo. Si uno
habla de sí mismo o de sus opiniones lo hace para hacer constar que no se debe
dar más valor a lo que se dice que el que procede de una posición personal ante
las cosas.
En cuanto a los pequeños temas, éstos son preferibles
a los grandes, siempre y cuando uno no tenga que escribir, de prisa y
corriendo, de un asunto de suma trascendencia en una redacción periodística, o
donde sea.
A propósito de la urgencia, las cosas importantes
nunca son urgentes. Urgente es sinónimo de efímero y lo efímero jamás es
importante.
Volviendo a las pequeñeces, como dice el escritor
español Miguel Pardeza, hay que deleitarse con la bagatela y utilizar lo lírico
como una mistura mágica que abrillante la realidad.
Ese gran cronista español del siglo XX que fue César
González-Ruano se proponía siempre en sus trabajos captar un clima y dar una
visión personal. Estaba seguro de que lo universal es lo personal. Esto es,
para que un tema interese hay que partir de uno mismo.
Decía César: “Así como en la novela lo local puede
ser exactamente lo universal, en el artículo o en la crónica dificulto que
exista nada más general que lo personal, nada más objetivo que lo subjetivo”.
En contra de lo que mandan los capataces del oficio,
lo que le ocurre al periodista puede ser lo más interesante para el lector.
© José Luis Alvarez Fermosel
No hay comentarios:
Publicar un comentario