Los editores de este libro lo presentan diciendo, con mucho acierto, que “es una provocativa colección de narraciones de misterio, que estudian al detalle los límites de la amistad, la lealtad y la confianza. Escritos por once maestros del género policial, entre ellos Lawrence Block, Mary Higgins y Justin Scott, los relatos recrean los males de nuestro tiempo y el desplazamiento de las fronteras de los universos morales”.
Vale la pena leer esta compilación de cuentos policiales, prolijamente hecha por Justin Scott, que nos ofrece la introducción y un relato de su autoría, muy original, por cierto, y en el que campea un humor de buena ley. El protagonista es un gato.
Este tipo de antología es muy socorrido, valga la expresión. Un libro inapreciable para los viajes, o para llevarlo en el portafolio y, nada más entrar en la sala de espera de ese abogado, o ese médico que siempre nos hace esperar, abrirlo por cualquier parte, en cuanto nos sentemos, y pasar un buen rato hasta que llegue nuestro turno.
No es recomendable, eso no, tenerlo en la mesita de luz. Porque si una noche el sueño tarda en cerrar nuestros párpados y se nos ocurre empezar a leerlo, es posible que nos desvelemos y pasemos una noche en blanco, es decir, una noche estupenda en la que el misterio, la investigación –que tanto cataliza el impulso creador-, el suspenso y, casi siempre, el humor, harán que las horas pasen muy rápidamente. Si nos vence el sueño muy poco tiempo antes de levantarnos, lo mejor será aceptar la derrota. Antes de cerrar los ojos, habrá que pedirle a nuestra mujer que llame a la oficina y diga que estamos con un poco de fiebre y que en todo caso iremos al día siguiente.
Otra cosa que tiene que ver con el libro que recomendamos. ¿Han observado lo aficionados que son los escritores ingleses y norteamericanos de novelas de misterio a reunirse periódicamente en clubes, bares, restaurantes, salones de hoteles y otros lugares parecidos?
Los autores de “Asesinato entre amigos” se juntan los primeros martes de cada mes en el restaurante Adam de Nueva York.
Pasemos a la ficción para recordar que Manfred B. Lee y Frederic Dannay tienen un librito delicioso titulado “En el salón de los Queen”, en el que se menciona la reunión mensual de la sección Nueva York de los Escritores de América. Recordemos “Los asesinos del club de los jueves”, de Agatha Christie, los Irregulares de Baker Street del hotel Murray de Nueva York, “El club de los suicidas” de Robert Louis Stevenson y, el desde luego, mucho más alegre “Club de los negocios raros”, de Chesterton.
“Asesinato entre amigos” está editado por Emecé en formato de 23 por 15 centímetros, traducido al español por Ernesto Montequin y tiene 280 páginas. En Buenos Aires no hay ninguna edición en su idioma original, el inglés.
© José Luis Alvarez Fermosel
Vale la pena leer esta compilación de cuentos policiales, prolijamente hecha por Justin Scott, que nos ofrece la introducción y un relato de su autoría, muy original, por cierto, y en el que campea un humor de buena ley. El protagonista es un gato.
Este tipo de antología es muy socorrido, valga la expresión. Un libro inapreciable para los viajes, o para llevarlo en el portafolio y, nada más entrar en la sala de espera de ese abogado, o ese médico que siempre nos hace esperar, abrirlo por cualquier parte, en cuanto nos sentemos, y pasar un buen rato hasta que llegue nuestro turno.
No es recomendable, eso no, tenerlo en la mesita de luz. Porque si una noche el sueño tarda en cerrar nuestros párpados y se nos ocurre empezar a leerlo, es posible que nos desvelemos y pasemos una noche en blanco, es decir, una noche estupenda en la que el misterio, la investigación –que tanto cataliza el impulso creador-, el suspenso y, casi siempre, el humor, harán que las horas pasen muy rápidamente. Si nos vence el sueño muy poco tiempo antes de levantarnos, lo mejor será aceptar la derrota. Antes de cerrar los ojos, habrá que pedirle a nuestra mujer que llame a la oficina y diga que estamos con un poco de fiebre y que en todo caso iremos al día siguiente.
Otra cosa que tiene que ver con el libro que recomendamos. ¿Han observado lo aficionados que son los escritores ingleses y norteamericanos de novelas de misterio a reunirse periódicamente en clubes, bares, restaurantes, salones de hoteles y otros lugares parecidos?
Los autores de “Asesinato entre amigos” se juntan los primeros martes de cada mes en el restaurante Adam de Nueva York.
Pasemos a la ficción para recordar que Manfred B. Lee y Frederic Dannay tienen un librito delicioso titulado “En el salón de los Queen”, en el que se menciona la reunión mensual de la sección Nueva York de los Escritores de América. Recordemos “Los asesinos del club de los jueves”, de Agatha Christie, los Irregulares de Baker Street del hotel Murray de Nueva York, “El club de los suicidas” de Robert Louis Stevenson y, el desde luego, mucho más alegre “Club de los negocios raros”, de Chesterton.
“Asesinato entre amigos” está editado por Emecé en formato de 23 por 15 centímetros, traducido al español por Ernesto Montequin y tiene 280 páginas. En Buenos Aires no hay ninguna edición en su idioma original, el inglés.
© José Luis Alvarez Fermosel
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