¡Hombre, estoy contentísmo, que no quede duda, con el triunfo de España en Sudáfrica, en el campeonato mundial de fútbol! ¡Somos campeones, qué alegría!
El hecho de haber jugado en toda mi vida sólo unos pocos partidos en el colegio –muy mal, por cierto-, y no gustarme el fútbol, me exime de todo comentario más o menos técnico. Quede eso para los que saben.
Me emociona la cantidad de llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos de felicitación que estoy recibiendo mientras escribo estas líneas, así como los bocinazos que escucho desde mi estudio de los automóviles de las personas que se han lanzado a las calles de Buenos Aires, a festejar la victoria de la escuadra de la bandera roja y gualda.
Mi emoción aumenta cuando me entero de que en Madrid, mi ciudad natal –y en todas las provincias españolas-, también han salido mis paisanos, acompañados por argentinos vestidos con la camiseta de su selección de fútbol, la celeste y blanca y ondeando la bandera española. Ha de haber también entre ellos más de un “argeñol” –quizás estén mis hijos, o al menos uno de los dos: acaso María Soledad, que vive en Madrid, no muy lejos del centro; Juan Ignacio sale muy poco de su “bunker” de la sierra de Guadarrama-.
Alcanzo a darme cuenta de que el partido entre España y Holanda por la copa fue reñido, duro, como suelen ser los de finales de campeonato, y más si se trata de un campeonato mundial. Se cometieron muchas faltas, pero es lo normal cuando se pone tanta garra. No se puede hablar de juego sucio.
Holanda le echó corazón y puso lo que hay que poner en estos casos. Destacaron en el encuentro los dos guardavallas.
Me da mucha pena que Argentina haya sido eliminada. Opinó al respecto Alfredo Di Stéfano, para mí el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos –y un señor-, que llevó al Real Madrid a ser quíntuple campeón de Europa, si la memoria no me falla.
Como se decía antes en las cartas que se escribían en papel timbrado y se despachaban por correo, pongo punto final, muy contento de haber visto otra vez a la selección de fútbol de mi patria derrochar su típica furia española en un campo de fútbol, nada menos que en un campeonato del mundo.
El hecho de haber jugado en toda mi vida sólo unos pocos partidos en el colegio –muy mal, por cierto-, y no gustarme el fútbol, me exime de todo comentario más o menos técnico. Quede eso para los que saben.
Me emociona la cantidad de llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos de felicitación que estoy recibiendo mientras escribo estas líneas, así como los bocinazos que escucho desde mi estudio de los automóviles de las personas que se han lanzado a las calles de Buenos Aires, a festejar la victoria de la escuadra de la bandera roja y gualda.
Mi emoción aumenta cuando me entero de que en Madrid, mi ciudad natal –y en todas las provincias españolas-, también han salido mis paisanos, acompañados por argentinos vestidos con la camiseta de su selección de fútbol, la celeste y blanca y ondeando la bandera española. Ha de haber también entre ellos más de un “argeñol” –quizás estén mis hijos, o al menos uno de los dos: acaso María Soledad, que vive en Madrid, no muy lejos del centro; Juan Ignacio sale muy poco de su “bunker” de la sierra de Guadarrama-.
Alcanzo a darme cuenta de que el partido entre España y Holanda por la copa fue reñido, duro, como suelen ser los de finales de campeonato, y más si se trata de un campeonato mundial. Se cometieron muchas faltas, pero es lo normal cuando se pone tanta garra. No se puede hablar de juego sucio.
Holanda le echó corazón y puso lo que hay que poner en estos casos. Destacaron en el encuentro los dos guardavallas.
Me da mucha pena que Argentina haya sido eliminada. Opinó al respecto Alfredo Di Stéfano, para mí el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos –y un señor-, que llevó al Real Madrid a ser quíntuple campeón de Europa, si la memoria no me falla.
Como se decía antes en las cartas que se escribían en papel timbrado y se despachaban por correo, pongo punto final, muy contento de haber visto otra vez a la selección de fútbol de mi patria derrochar su típica furia española en un campo de fútbol, nada menos que en un campeonato del mundo.
© José Luis Alvarez Fermosel
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6 comentarios:
¡Muy buena su nota, Caballero, como todas las suyas! Lo felicito por el éxito español. Fue un partidazo. Abrazos, amigo. Leo (no soy Messi ni tengo nada que ver con él)
Admirado Caballero Español: lo felicito por el triunfo de España. Se lo mereció ampliamente. Su post, como siempre, excelente. Le mando muchos besos. Clarita.
¡Oléeeeee, Caballero! El partido fue magnífico y muy merecido el éxito que tuvo el equipo. Lo felicito por sus compatriotas. Un verdadero ejemplo. Juan Carlos.
Querido Leo: ¡ni repajolera falta que hace que seas Messi! Eres Leo, y está muy bien. El partido fue muy bueno, en efecto. Holanda también jugó bien. Los dos jugaron como hay que jugar en las finales de los campeonatos, echando toda la carne al asador. Gracias por tu mensaje y un fuerte abrazo.
Clarita: muchas gracias por tu mensaje y por tu buena opinión de mi post y del blog en general. Muchos cariños.
Juan Carlos:¡Torero, muchas gracias por tu felicitación y mis condolencias porque Argentina no quedara clasificada, cosa que lamenté! Fuerte abrazo.
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