lunes, 19 de marzo de 2012

El pañuelo

¡Cómo van quedando “fuera de onda” –que se vea que somos modernos…- cosas que además de servir para algo tuvieron un matiz distintivo o determinante!
Los pañuelos de bolsillo, por ejemplo, que ahora son de papel y vienen en pequeños paquetes de plástico muy difíciles de abrir.
Se usaron hasta hace no mucho tiempo –tampoco es uno un carcamal: carcamal, no “carcamán”, por favor-. Los mejores eran de batista suiza o de seda natural y ciertos elegantes llevaban siempre uno asomando discretamente por el bolsillo superior de la chaqueta.
El pañuelo, en ocasiones con iniciales bordadas a mano, como las camisas, pasó a la historia; y si usted aún los utiliza, expóngase a una rabieta mandándolos al lavadero, o a la tintorería: se los traerán doblados en dos, de modo que parezcan una toalla o un paño de cocina; tendrá usted que doblarlos como se debe, se notarán los dobleces y el pañuelo quedará hecho un desastre.
Adiós también al elegante ademán de introducir la mano derecha en el bolsillo interior izquierdo de la chaqueta para extraer un inmaculado pañuelo blanco, que algunos hacían almidonar ligeramente, o perfumaban. Bueno, ya casi no se usa chaqueta, tampoco.
Siempre podía uno ofrecer su pañuelo a una señora para que enjugara con él sus lágrimas… aunque fueran de cocodrilo.
¡Cuidado con resfriarse, que los nuevos pañuelos de papel no resisten y se rompen en el peor momento!
Tampoco es cuestión, como hemos visto hacer, de usar la servilleta del restaurante.

© José Luis Alvarez Fermosel




Link a vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=A2cMuYsp6c0

lunes, 12 de marzo de 2012

El macho posmo y el autoerotismo

Psicoanalistas, sociólogos, sexólogos y otros estudiosos del comportamiento humano le están haciendo el caldo gordo al macho posmo, poco o nada interesado en el sexo, al destacar la importancia de la autoestimulación y la utilidad de los juguetes eróticos, tantos y tan variados.
Cada día sale al mercado uno nuevo. Los fabricantes están haciéndose de oro. El macho posmo no cabe en sí de gozo. Las pobres mujeres, en cambio, con gran tristeza pero como último recurso usan los “chiches” en cuestión ante la indiferencia del macho posmo.
De ésta y otras cuestiones de no menos interés se informa en una nota de Antonela de Alva escrita especialmente para el diario Clarín de Buenos Aires, que la publicó hace unos días y se relaciona con este “post”.
El macho posmo vive pegado al teléfono móvil. No habla con nadie. Pero deja y recibe mensajes de texto, que es lo que más le gusta y para lo que tiene una habilidad extraordinaria.
El celular y las cadenas que van y vienen por la red, los juegos electrónicos, el cotilleo de las redes sociales, los “twits” y otras ofertas de la tecnología -cada vez más sofisticada- de las comunicaciones, le proporcionan el placer que otros obtienen del sexo.

© J. L. A. F.

Nota relacionada:

domingo, 11 de marzo de 2012

¿Quién es Michel Onfray?


Michel Onfray es el pensador más importante de Francia y quizás de una buena parte del mundo. Como es lógico, es al mismo tiempo el más controvertido.
Doctor en Filosofía, autor de más de cuarenta de libros, su “Tratado de Ateología”, en el que expresa su ateísmo sin concesiones, desató arrebatadas polémicas y vendió cerca de un cuarto de millón de ejemplares.
Tiene 51 años. Procede de una humilde familia de agricultores normandos. A los 10 años su madre le internó en un orfanato. De salud precaria, sufrió en su juventud dos derrames cerebrales y un infarto de miocardio.
Sostiene que el ideal de sabiduría se basa en el apego a todo lo que depende del ser, y no del tener: libertad, amistad, amor, paz con uno mismo, los otros y el mundo.
Onfray defiende una gestión libertaria del capitalismo -o “capitalismo libertario”-, a la que contrapone la idea liberal clásica.
Su cruda desmitificación de Freud revolucionó el mundo, tan apegado a los mitos, muchos de los cuales tienen nombre propio, como Lacan, como Sartre, como tantos otros que nos han tomado el pelo durante años. Están siendo desenmascarados.

© José Luis Alvarez Fermosel

Notas relacionadas:

Del autor:

Mitos y fraudes

¡Cómo fuimos engañados por… "filósofos” y… "pensadores” durante siglos! ¡Cómo el mito se hizo carne, y habitó entre nosotros!
Filósofos, psicólogos, psicoanalistas, el psicoanálisis, Freud…
El prestigioso pensador y ensayista argentino Juan José Sebreli dice en su libro “El olvido de la razón” que los relativismos de las historias cíclicas, así como los estructuralismos y posestructuralismos, dividen al mundo en círculos culturales cerrados e incomunicables entre sí, sólo comprensibles para un pensamiento fragmentario autodesignado débil”.
Ya hay, por fortuna, muchos desmitificadores. Pero se les hace poco caso.
¡Vaya usted a decir que Freud, nada menos que el Padre del Psicoanálisis, era en realidad un mal médico al que se le murieron varios pacientes con diagnósticos errados; que decretó: “Hay que trabajar con el régimen nacional socialista para mantener el psicoanálisis a flote”; que intentó por todos los medios destruir la correspondencia con su amigo y médico Wilhelm Fliess, que le mostraba como un ser angustiado, errático, ambicioso, codicioso, depresivo, fóbico y cocainómano!

El Libro Negro del Psicoanálisis

La aparición del “Libro Negro del Psicoanálisis” causó un gran impacto en Francia, como no podía ser menos, considerando que se presenta a Freud como un “embustero, charlatán, falsificador, plagiario, misógino, adicto a la cocaína, simulador, autopropagandista, ávido de poder y de dinero: una especie de dictador que engañó al mundo entero con su falsa doctrina.
La revista francesa “Le Point” ofreció un informe especial acerca de Freud que le pone como no quieran dueñas. Su colega “Noticias”, de Buenos Aires, publicó íntegro el informe de Le Point, muy bien traducido por Christian Riavale.
En su libro “Crepúsculo de un ídolo. La ficción freudiana”, de Michel Onfray, se desenmascara totalmente a Freud.
La bisnieta del sombrío neurólogo austríaco, Sophie, autora de “A la sombra de la familia Freud. Como mi madre vivió el siglo XX” afirmaba el 16 de noviembre de 2003 al diario “Toronto Star” que Adolf Hitler y Sigismund Freud fueron dos falsos profetas del siglo XX.
Los dos compartían también la ambición de convencer a los hombres de una verdad única, uno mediante una retórica brillante y el otro por la fuerza bruta. Adorados por sus seguidores, ambos crearon movimientos poderosos.
No faltarán quienes digan que lo antedicho es público y notorio desde hace tiempo. No para muchos, a los que va dirigido este artículo con la esperanza de que les resulte de utilidad para centrarse en lo real y lo verdadero y huir del mito a uña de caballo.

© José Luis Alvarez Fermosel

Notas relacionadas:

Del autor:

jueves, 8 de marzo de 2012

Día Internacional de la Mujer

¡Felicitaciones a todas las mujeres del mundo!
Felicitaciones en su día, en el que hace un siglo y un año se instituyó con carácter oficial la igualdad de la mujer con el hombre, así como su liberación y la adquisición de derechos políticos, sociales, laborales y otros de no menos significación e importancia.
A la militante socialista alemana Clara Zetkin se debe la iniciativa de la emancipación de la mujer. Fue, junto con Rosa Luxemburgo, una de las principales figuras del ala izquierdista más radicalizada del Partido Social Demócrata Alemán. Se opuso a la tesis revisionista de Eduard Bernstein.
Ella decidió que el 8 de marzo de 1911 se considerara Día Internacional de la Mujer, o Día de la Mujer Trabajadora.
La mujer comenzó desde esa fecha, ya histórica, a ejercer  sus derechos. No en todo el mundo, infaustamente, pues en no pocos países la mujer está todavía desprovista de derecho alguno, y lo que es peor, sigue oprimida y sojuzgada.
Deseamos fervientemente que llegue pronto el día en que se repare esta injusticia y la mujer sea libre e independiente en el mundo entero.

© José Luis Alvarez Fermosel

martes, 6 de marzo de 2012

No era un gángster

En la página 32 de la revista Miradas de Cablevisión, correspondiente a marzo de 2012, se anuncia el próximo reestreno  de la Película Casablanca, el clásico de Michael Curtiz filmado en 1942 con Ingrid Bergman (Ilsa Lund) y Humphrey Bogart (Richard Blaine) encabezando un formidable elenco.
Se ofrecerá una versión digital remasterizada que mejorará la imagen y el sonido.
Hasta ahí todo bien. Lo malo es que se dice que Rick, el personaje al que Bogey de vida magistralmente, es un gángster.
Nada tan lejos de la realidad. Rick era, en todo caso, un aventurero, un defensor de causas perdidas, un duro de buen corazón y romántico hasta el extremo de renunciar al amor reecontrado en un acto de sacrificio sublime.
Un gángster es un forajido –contrabandista de alcohol durante la Ley Seca, en Estados Unidos-, un hombre de avería y ametralladora que no tiene el menor empacho en robar y asesinar a mansalva.
Rick –que podría pasar por un héroe de Raymond Chandler- es un hombre ya de vuelta de todo, amargado, con un discurso cínico, como no podía ser de otro modo después de perder, sin saber por qué, al amor de su vida en París, de lo que se entera en una estación de tren bajo la lluvia que cae sin cesar y emborrona los renglones de una carta en la que su amada, con quien iba a escapar del París tomado por los nazis en la Segunda Guerra Mundial (1939 -1945) le dice que no se irá con él.
Tampoco se dice “…tócala de nuevo” en ningún momento de la película, como viene repitiéndose hasta la saciedad. Ilsa le pide a Sam (Dudley Wilson, el pianista): “Sing it, Sam”: “Cántala, Sam”.

© José Luis Alvarez Fermosel

viernes, 2 de marzo de 2012

El parte del sufriente

He aquí el parte de hoy, que recoge las últimas pedradas al sufrido idioma español, que como el inglés las recibe con frecuencia y con fuerza. Así están quedando los dos. Y uno sufre, qué le va a hacer:
Encayado por encallado.
Hueco por agujero u orificio.
Igualismo por igualdad (se usa en una publicidad sobre cerveza).
Fuertísimo por fortísimo.
Nutrimental por nutricional.
Cónyugue por cónyuge.
Longetividad por longevidad.
Incendioso por incendiario.
Nutriólogo por nutricionista.
Veintiún persona por veintiuna personas.
Vuelos aéreos -¡como si hubiera otros!-.
Oído en la televisión, naturalmente, donde también se dijo que Mendoza es una provincia granicera, o sea, en la que suele caer granizo.
En cuanto al inglés, expertise se traduce como experticia; y la horrible palabra, que suena a Morticia, es legal; se puede usar con toda tranquilidad –y un repelús-. A mí me da pie para un versito, utilizando la palabra énclave, con acento en la e, cuya utilización también es correcta, dice la Real Academia Española (RAE), para la que todo “se igual”.

Morticia, tu experticia
Es la noticia,
Que me deja encayado
En el énclave soñado.

Vamos, que ni Rubén Diario, que dijo aquél refiriéndose a Rubén Darío, hubiera mejorado  esta cuarteta.
Un conocido mío, abogado, muy esnob, muy cursi, que la va de ilustrado, se ha hecho construir un estudio de un gusto espantoso, decorado por él con una serie de empastes de un violeta furioso aplicados a las paredes. En la puerta de cada despacho hay un versito, dentro de un óvalo. En la de los baños, por supuesto, quiso poner “toilettes”, que él cree que es más fino que servicios, aseos o la clásica imagen de un hombre o una mujer, o una variante al respecto según el baño sea para hombres o para mujeres. Y puso “toillettes”…¡con doble l!

- ¿Pero por qué no consultan el diccionario, si tienen dudas?
- Eso es lo malo, que no las tienen.

© José Luis Alvarez Fermosel