martes, 27 de mayo de 2014

Ni ángeles ni bestias



- El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desdicha quiere que aquel que desea hacer el ángel haga la bestia. Es peligroso hacer ver al hombre cuán igual es a las bestias, sin mostrarle su grandeza. Y también es peligroso hacerle ver su grandeza sin mostrarle su bajeza. Pero es todavía más peligroso ignorar una y otra. No es menester que el hombre crea que es igual a las bestias o a los ángeles, no es menester que ignore lo uno y lo otro; pero que sepa qué es lo uno y lo otro.
- ¿Quién lo ha escrito, François?
- Un tipo que nació en mil seiscientos en mi tierra. Un tipo de la Auvernia. Mira, se llamaba Pascal. ¿Puedo con­tinuar?
- Sí.
- Que el hombre, por tanto, aprecie su valor. Que se ame, porque hay en él una naturaleza capaz de bien, pero que no se ame por las bajezas que esa naturaleza contiene.

(“De nada y así sea”, de Oriana Fallaci)

Por la transcripción: © J. L. A. F.

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