martes, 19 de agosto de 2014

Por el barrio



Salgo a caminar, no por la cintura cósmica del sur, como reza una canción panamericana.
Voy a la calle, repitiéndome “in mente” que en la calle está la verdad, aunque no voy en esta ocasión en busca de la verdad.
Un áspero viento barre los restos de la tormenta de la madrugada. El cielo se aclara. Al sol le cuesta trabajo imponerse. Un coche de bomberos, con su dotación, parado junto a una parrilla. Pregunto:
- ¿Dónde está el fuego?
- En ninguna parte –me responden-. Fue una falsa alarma.
- Menos mal.
Me encamino hacia la avenida. Una señora con un gran perro negro. El perro me pone las patas delanteras en el pecho y me lame la nariz. Juego un rato con él. La señora sonríe. Al cabo, se lo lleva casi a rastras.
Los árboles estremecidos. Los carteles publicitarios. Un negro altísimo cargado de carteras de señora que seguramente vende, o intenta vender en las cafeterías, si es que le dejan.
Un restaurante con nombre inglés. Mujeres con aire abstraído y niños de la mano, éstos con sus mochilas a la espalda: es la hora de la salida de los colegios.
Una tienda enorme, un bazar con dos grandes vidrieras a la calle cierra sus puertas después de casi cien años de vida y liquida todas sus existencias, según puede leerse en una nota adherida al vidrio de un escaparate.
Una chica del barrio que dice que es veinteañera expresa, con bellas palabras, su tristeza en una carta pegada al lado de la otra.
“Por razones de edad no conocí el bazar desde sus primeros tiempos, pero cuando lo cierren me dará mucha pena, por la gente que lo pierde y porque es algo del barrio que desaparece. Tal vez pongan en su lugar una pizzería, o una tienda de ropa barata”, se lamenta la joven clienta.
Alguien quiere comprar, y lo dice en un papel arrollado y pegado a un poste, baldosas, azulejos, cerámicas… ¡e inodoros!
Se ha perdido un caniche de tres años que responde por Tony, se lee en otro aviso.
Tomo un taxi. El conductor está escuchando un fragmento de Tristán e Isolda.
- ¿Le gusta Wagner? –pregunto, como si no estuviera claro.
- ¡Me encanta! ¿Sabe que hace poco hizo más de doscientos años que nació?
- Creo que nació unos años después de 1800.
- El  22 de mayo de 1813, exactamente. Y murió el 13 de febrero de 1883.
¡Sobresaliente, diez, felicitado!

© José Luis Alvarez Fermosel

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