domingo, 8 de febrero de 2015

La esencia de las cosas



El joven y ya consagrado escritor argentino Daniel Balmaceda –autor de nueve libros- acaba de dar a la luz el último: “Historias de letras, palabras y frases”, editado por Sudamericana, de 212 páginas.
También en este trabajo Balmaceda investiga y curiosea no sólo en la historia antigua y moderna del hombre, sino también en el origen y el por qué se llaman así una infinidad de cosas y objetos inanimados, que ya sabemos que tienen alma, y algunos maligna.
El último libro de Balmaceda, como su título indica, trata entre otras cosas de letras y palabras; también narra bellas historias y anécdotas que él cuenta bellamente.
Y detalles, esos pequeños detalles que tan importantes son para conocer la esencia de las cosas, de la que forman parte, y muy poca gente tiene en cuenta.
Claro, hay que saber qué son los pequeños detalles, donde están y revelarlos, como hace Balmaseda, cuyos libros son instructivos, amenos y se leen con gran facilidad, pues están escritos con un lenguaje directo, claro, sencillo, como el de los periodistas.
No en vano Daniel Balmaceda estudió periodismo en la Universidad Católica Argentina (UCA). Sus libros son de consulta; están llenos de datos, referencias, fechas, cfras, citas.
Yo no sé ahora mismo los que me faltan, pero los que tengo están siempre a mano. Más de una vez me sacaron de un apuro, al encontrar en alguno de ellos el dato que me faltaba y no aparecía por ninguna parte.
Gracias a Daniel Balmaceda nos enteramos, o recordamos en su último libro que la expresión “a brazo partido” significa que los guerreros combatientes luchaban incluso cuando les rompían un brazo; que la cursiva es la letra que puede escribirse con mayor rapidez; que la unión de apalear y magullar originó apuguyar y luego apabullar, que es darle un buen zarandeo verbal a alguien; o que el perro beagle dio nombre al histórico canal de Beagle que une Argentina y Chile.
Daniel Balmaceda, hombre de letras, merece un número, una calificación por su último libro: diez.

© José Luis Alvarez Fermosel

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