domingo, 8 de enero de 2012

En torno a la moda de mugir en la televisión

Escribir con faltas de ortografía, hablar mal; no decir malas palabras, sino pronunciarlas mal, en total discordancia con el modo correcto de decirlas es moneda cada vez más corriente en los medios informativos audiovisuales y gráficos y la redes sociales.
Esto, junto con la aparición de neologismos innecesarios, expresiones idiomáticas correctas pero mal aplicadas, o reiteradas hasta el extremo de producir grima, latiguillos y una escasez de vocabulario terrorífica... “¡es lo que hay!
La última moda es decir “mu”, en vez de muy, en una entrañable asociación idiomática con el mugido del buey, noble animal que tan útil ha sido siempre en faenas de transporte y agricultura: ¡la imagen, tan bonita, de la carreta de bueyes transportando lentamente fardos de aromático heno, o troncos de árbol, por un campo florecido de amapolas en primavera, bajo el cielo azul…!
Si ustedes escuchan radio y ven televisión –sobre todo los noticieros- con cierta frecuencia, oirán decir cada dos por tres “mu” buenas tardes, o está “mu” bueno, o “mu” buenas noticias. En realidad se dice muy.
Un amigo me dice algo que me enciende el pelo:
- Es la moda, se ha puesto de moda; a ver si te crees que toda la gente que dice “mu” no sabe que en realidad se dice muy. La moda arrastrada por el efecto dominó.
- ¡No me digas!
- Sí, sí te digo. Incluso a mí me lo ha dicho gente de confianza, gente que sabe. Del mismo modo, alguien se encontró un día con un arma desconocida para él y en lugar de decir carabina, por ejemplo, dijo arma, y ni siquiera de fuego. Ahora todo el mundo dice arma, sea pistola, revólver, puñal, escopeta o lo que sea: arma, ni por lo menos de fuego o blanca ¿Quieres creer que hay mucha gente de la que está en los medios que no sabe lo que es un arma blanca?
- Mira, a estas alturas me creo ya cualquier cosa. Pero es una vergüenza, qué quieres que te diga. 
- En cuanto a la escasez de vocabulario, no ya al reconocimiento de determinados objetos, como los revólveres o los sables, tenemos un ejemplo muy gráfico: todo el mundo dice "delincuentes", lo cual es correcto, pero hay otras maneras de denominar a esos señores, para no incurrir en una monotonía chirriante: malhechores, malvivientes, atracadores, ladrones, bandidos, forajidos, cacos, amigos de lo ajeno…
- Sí, pero todas esas palabras están consideradas como antiguas, y hasta que se encuentre una que sea “cool”, o “fashion”, se usará una sola, la misma, para todas las armas.
- ¿Y lo del "cruce"? ¿Qué me dices de lo del "cruce"?
- ¿Qué pasa con el "cruce"?
- Pues que ya no hay opiniones divididas, o encontradas;  polémicas, discusiones, enfrentamientos, diferencias, conflictos, desacuerdos, antagonismos, controversias, disputas, cuestionamientos, críticas, disensos, disidencias… Todo es "cruce", como cruce de peatones.
- O sea, que salir al cruce...
- No, es que no es,  por ejemplo, que yo salga al cruce –mejor  sería decir al paso-, de declaraciones que tú hayas formulado en tal o cual sitio, sino que yo disiento, difiero, no estoy de acuerdo con lo que dices y entonces se produce, -es decir se producía antes- una desavenencia, o un enfrentamiento, o una discusión, etc... Ahora se dice cruce para todo, lo cual da lugar a no pocos equívocos.
- ¿Y lo de "¡a ver!" cada cinco minutos?, o "¿cómo qué?".
- Mira, ¿lo dejamos para otro día?
- Vale.

© José Luis Alvarez Fermosel

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