lunes, 11 de noviembre de 2013

La palabra difícil



Jitanjáfora es un término utilizado por el escritor y diplomático mexicano Alfonso  Reyes, que fue embajador en Argentina, Brasil, España y Francia.
Reyes quiso designar con esta palabra los efectos onomatopéyicos y fonéticos de expresiones de la poesía afro antillana que reproducen el ritmo de la música y la danza negras.
La palabra jitanjáfora está tomada, en este caso, de un artículo que el poeta y diplomático cubano Mariano Brull publicó en 1929. Brull fue uno de los más eximios cultores de la poesía nueva.
Jitanjáfora, según otra definición, es un enunciado lingüístico formado por palabras inventadas sin un significado concreto por sí mismas.
Su función poética se basa en sus valores fonéticos, que pueden tener un sentido en relación con el texto en su conjunto.
La poesía popular incluyó siempre en sus composiciones este vocablo, utilizado por algunos escritores del Siglo de Oro español, Lope de Vega entre ellos.
El abogado, político y escritor guatemalteco Miguel Angel Asturias (Premio Nobel de literatura  1967) la usó mucho en sus textos.
También figura en las obras de la poetisa argentina Alejandra Pizarnik, salpicando su obra La bucanera de Pernambuco, que además de su indiscutible valor literario tiene un título muy eufónico, ya que estamos hablando de sonidos.

© José Luis Alvarez Fermosel

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