Faltan
la luz, el agua y las comunicaciones están interrumpidas en extensas zonas de Buenos
Aires y el Gran Buenos Aires (cinturón suburbano que rodea la capital).
Dicen
que es por el calor –de 30 a 40 grados al sol-. Como todo el mundo utiliza artefactos
eléctricos la tensión sube y los generadores revientan, dicho en el lenguaje
del pueblo.
La
gente se ha echado a la calle para protestar, percutiendo cacerolas, por una
situación que se repite todos los veranos y de la que se responsabiliza a las
empresas privadas que abastecen de energía eléctrica a la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (CABA).
Las
protestas alcanzan a las autoridades de los gobiernos de la ciudad y la nación,
a las que se considera afectadas por una mefítica combinación de incompetencia
y desidia.
Más
de 8.000 tiendas tuvieron que cerrar sus puertas –en plenas fiestas de Navidad
y Año Nuevo-, sobre todo las que expenden alimentos que necesitan ser
mantenidos en neveras y refrigeradores. No funcionan los semáforos en infinidad
de calles. Varios hospitales de zonas céntricas y barrios, entre ellos el
Hospital de Niños, trabajan a medio gas.
Durante
seis días yo no he tenido teléfonos ni Internet y hoy tuve un corte de luz de
cinco horas.
Por
tanto, no pude comunicarme, para desearles una felices fiestas, con familiares
y amigos a los que aún no había escrito al respecto.
Me
considero afortunado, empero, y casi me da vergüenza contar ésto cuando hay
gente que lleva dos semanas sin energía eléctrica ni agua en populosas barriadas
de Buenos Aires. Mucha de esa gente es anciana, o tiene niños recién nacidos, o
de muy corta edad.
Algunas
de las personas que pasan por ese trance, entrevistadas por televisión, dijeron
que ninguna de las autoridades, portavoces de empresas encargadas de la
provisión de energía eléctrica y otros organismos oficiales les dijeron algo
más alentador que el problema no tiene una solución inmediata. “Los cables
están muy viejos y no aguantan”, explicó uno de los voceros.
-
Es por el calor -me dicen-. Todos los años pasa lo mismo. Buenos Aires colapsa
en verano. Pero hay otras ciudades en el mundo en las que también hace calor en
verano –que es lo suyo-, y más que aquí. Y no faltan la luz ni el agua, ni se
interrumpen las comunicaciones.
Mi
interlocutor no quiere dar su nombrs. Le pregunto si el caos estival bonaerense
de ritual se debió, todos estos años, a la falta de previsión y la dejadez de
los encargados de que no se plantéen esos problemas en el estío de Buenos
Aires, y de que si se plantean, resolverlos
-
¡Claro! –responde con una sonrisa, dando por sentado que todos los veranos
tiene que pasar lo mismo, que todo es y será siempre así.
Ah,
una funcionaria del gobierno de la provincia de Buenos Aires, declaró en
Twitter: "Se cortó la luz en
Recoleta!!... Bien ahí!! A LOS ENEMIGOS GORILAS NI JUSTICIA!!"
La
Recoleta es un elegante distrito de Buenos Aires donde hay varias embajadas,
hoteles y restaurantes de lujo, joyerías y comercios de ventas de artículos de regalo.
© José Luis Alvarez Fermosel
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