sábado, 1 de marzo de 2014

Marzo y sus Idus



Ya se fue febrerillo el loco, renqueando con sus dos días de menos. Y ya tenemos aquí a marzo, un mes recio y completo en el que se inicia la primavera en el norte y el otoño en el sur, estaciones de transición pero cada una con su belleza.
Eso sí, hay que tener cuidado con los Idus de marzo.
Los Idus caían en el calendario romano el 15 del mes Martius (marzo), que correspondería al 14 de marzo actual.
¿Qué eran los Idus? Los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre y el 13 del resto de los meses. Esos eran días de buenos augurios, en los que nada malo podía ocurrir. No así en otros.
Julio César murió cosido a puñaladas en el Senado de Roma, al pie de la estatua de Pompeyo, un día maléfico de los Idus de marzo del año 44 antes de Cristo. Según el escritor griego Plutarco –autor de Vidas paralelas-, César había sido advertido por un augur del peligro que corría su vida, pero hizo caso omiso de la admonición.
Julio César llegó, de triunfo en triunfo, a hacerse amo y señor del mundo mediterráneo. Su vida, fecunda y brillante, incluyó la escritura de los Comentarios a la Guerra de las Galias. Esta obra, escrita en un latín claro y purísimo, se considera como el primer informe especial del periodismo.
Era demasiado. Y no podía permitírsele. Tulio Címber y Casca urdieron una conspiración en su contra, en la que participó Bruto, ahijado de César, uno de los asesinos al que su víctima interpeló, interrogándole amargamente: “Tu quoque, fili?” (¿Tú también, hijo?). El desnaturalizado respondió: “Sic semper, tirannis” (¡Así siempre, tirano!).
La muerte de César provocó el estallido de otra guerra civil.
El calendario moderno reemplazó al romano alrededor del siglo III. La mención a los Idus de marzo siguió haciéndose coloquialmente durante los siglos siguientes, implicita la referencia a la muerte de César.
William Shakespeare clamaba en su obra Julio César: ¡Guárdate de los Idus de Marzo!

© José Luis Alvarez Fermosel

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