lunes, 17 de marzo de 2014

Sin corbata y con pantalones cortos



Viene el otoño al sur con ropas ligeras y sonríe, como si no fuera a ser muy lluvioso este año.
Hablando de ropas, los modistas anticipan que la moda de otoño para caballero incluye el sincorbatismo, que está cada vez más afianzado.
Se considera que la corbata es una prenda de derecha. Y como todo el mundo es de izquierda, hoy en día…
A uno le parece raro ver hombres vestidos con trajes formales y camisas despechugadas, abiertas algunas hasta cerca del ombligo.
Otra cosa sería ir informalmente vestido de pies a cabeza, o con una chaqueta deportiva y un suéter de cuello volcado. La falta de corbata no se haría tan rara.
Pero la moda más… bizarra, actualmente, es la del “short”, cualquier otro tipo de pantalón corto, las bermudas y el pantalón llamado pescador, o de pescador, que es más largo pero no llega al tobillo.
Yo creo que lo que verdaderamente está en boga es la obsesión de prolongar su adolescencia del hombre que nosotros dimos en llamar macho posmo de esta era boba, inconsistente, esnob, trivial, cursi y cutre al mismo tiempo.
Por eso es tan común que proliferen los adolescentes de hasta cuarenta años, que equivalen a los 14 de nuestra época.
Así, muchos hombres van por la vida mostrando unas piernas flacas, lampiñas o peludas como las de los monos, varicosas, torcidas o gordísimas. No sólo los jóvenes. Hemos visto a señores de cincuenta, de sesenta y hasta de setenta años con pantalones cortos, calcetines también cortos y mocasines.    

Otras piernas...

El (feo) espectáculo se ofrece a todo el mundo. Nosotros, los hombres que no somos posmodernos, volvemos la cabeza a otro lado para ver las piernas de las mujeres, que no deben sentirse motivadas, por decirlo de alguna manera, al ver las patas de los machos posmodernos.
En nuestros tiempos –no tan lejanos- los chicos tratábamos de dejar atrás la adolescencia cuanto antes, y que nos consideraran hombres a todos los efectos. Y nos poníamos pantalones largos a los 13 ó 14 años.
Una de las ilusiones de nuestras jóvenes vidas era que llegara el momento de que pudiéramos lucir un traje, o una chaqueta de tweed combinada con un pantalón que hiciera juego.
¡Había que ver, llegado el momento de lucir un terno, cómo cuidábamos los nuestros, y especialmente la raya del pantalón, que tenía que estar muy bien planchada, muy bien marcada, casi recordando el filo de una espada!

Los elegantes del cine

Los artistas de cine a los que queríamos parecernos, cuando estábamos terminando el bachillerato, eran para nosotros el no va más de la virilidad y la elegancia, en particular los ingleses. Eso, la virilidad, que es lo que le falta al hombre actual.
Ya tenían sus años, ¡pero cómo se llevaban a las mujeres de calle en aquellas películas policiales, de aventuras o de besos!
Cary Grant –el más elegante de todos-, Georges Sanders, Stewart Granger, David Niven, Rex Harrison, James Mason…
Gary Cooper, Gregory Peck, que estuvo en Buenos Aires para presentar su película Gringo viejo, en la que personificaba al escritor estadounidense Ambrose Bierce.
Sean Connery, a quien entrevistamos en Almería, el epicentro del Cantimpalo western, el Hollywood español.
Los españoles Alberto Closas, de quien tuvimos la fortuna de ser amigos, Paco Rabal, Fernando Rey, Fernando Fernán Gómez, el uruguayo afincado en España Sancho Gracia…
Todos ellos, y muchos que nos dejamos en el tintero hubieran considerado de muy mal gusto salir a la calle en calzoncillos, o prenda similar, por mucho calor que hiciera.
Pero aquéllos eran otros tiempos, ya se sabe.

© José Luis Alvarez Fermosel

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