martes, 11 de febrero de 2014

Por una coma



En cualquier texto, en todos los textos las comas tienen que estar en su sitio.
Esto dice, con toda la razón del mundo, el ex reportero de guerra, escritor y académico español Arturo Pérez Reverte.
Una coma fuera de lugar puede salvar la vida de un hombre, o quitársela.
Transcribimos parte del final de la comedia de Polichinelas “Los intereses creados”, una de las más aplaudidas del gran escritor español Jacinto Benavente (1866-1954), Premio Nobel de Literatura 1922:
“DOCTOR – Mi previsión se anticipa a todo. Bastará con puntuar debidamente algún concepto… Ved aquí: donde dice… ‘Y resultando que si no declaró…’. Basta una coma, y dice: ‘Y resultando que sí, no declaró…’. Y aquí: ‘Y resultando que no, debe condenársele…’. Fuera la coma, y dice: ‘Y resultando que no debe condenársele…’”.
Recordemos algo parecido: “Perdón imposible, que cumpla su condena”. Se corre la coma y queda: “Perdón, imposible que cumpla su condena”.
Enormes minucias, digamos recordando a Chesterton.

© J. L. A. F.

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