lunes, 14 de abril de 2014

Más de lo mismo



Muy pronto pronto hablaremos como Tarzán. Naturalmente, amparados y aun publicitados por la Real Academia Española (RAE).
La RAE me recuerda a aquel cura que intervenía, en un pueblo de mi España natal en una partida de cartas durante la cual los jugadores soltaban, una tras otra, palabrotas de muy grueso calibre.
Un mirón le dijo en un momento dado al presbítero:
- ¡Hay que ver, padre, que dominio tiene usted de sí mismo: no se le escapa un taco ni de coña!
- No, hijo –respondió el cura- yo no digo malas palabras, pero en estas circunstancias –iba perdiendo- escucho a los que las dicen con complacencia.
El fútbol nos proporciona expresiones con mucha enjundia que le producen a uno, más que complacencia, risa descarada y franca. He aquí algunas:

El público, puesto en pie, aplaudió hasta enronquecer.
Ha sido fichado por el Real Torrejón el popular Crescencio Cuesta, que procede del Celtic y que juega simultáneamente de defensa central y de medio volante derecho.
Los entrenamientos serán los primeros jueves de cada semana.
El partido finalizó con empate a cero. Al descanso se llegó con el mismo resultado.
Pero hay más expresiones… bizarras, por utilizar un suave eufemismo, procedentes de otros estamentos de la sociedad –y particularmente de la intelligentsia local-. Veamos:

Durante el transcurso (En el transcurso)
Accesar (Acceder).
Cancelar una deuda (Pagar una deuda)
A la mayor brevedad (Con la mayor brevedad)
Si podría (Si pudiera)
Enforzar (Hacer cumplir)
Hubieron (Hubo)
Si habría (Si hubiera)
Conectividad (Conexión)
Concretizar (Concretar).
Disgresión (Digresión)
Escencia (Esencia)
Predominancia (Predominio)
Atrás mío ( Detrás de mí)
Culpabilizar (Culpar)

Ahora sí, a reirse tocan:

El entierro se celebró en la intimidad de la finada.
Intenso tráfico en el puente internacional al coincidir el final de julio y el comienzo de agosto.
Paseando entre el ganado, saludamos al señor intendente.
El baile fue amenizado por un numeroso cuarteto.
Los leñadores procedieron a cortar un árbol centenario de más de 1000 años.

Hay más, hay más, ya las iremos dando. Sin complacencia, valga la salvedad.

© José Luis Alvarez Fermosel

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