Paul Klee, de padre alemán y madre suiza, nació en Münchenbuchsee, cerca de Berna (Suiza), en 1879. Murió en Muralto (Locarno, Suiza) en 1940.
En 1914 viajó a Túnez. Los deslumbrantes colores de esa ciudad norteafricana le impresionaron profundamente, y habría de llevarlos después a su paleta.
Su estilo pictórico se asienta, entre otras bases, en una concepción un tanto enigmática y efímera –y, por tanto, romántica- del movimiento de la creación. Más libremente podría decirse que tenía una noción muy original de la poesía del movimiento.
Era un buen dibujante, pero quizás lo más notable de este gran pintor haya sido siempre su imaginación poética. Como persona, era excelente, se deduce del estudio de su biografía –la que no viene en los manuales ni en los folletos-. Era, por ejemplo, un gran amante de los gatos.
Klee expuso con el grupo Der Blaue Reiter (1) y enseñó en la Academia de Düsseldorf.
No pueden dejar de citarse, entre sus muchas obras, La Tristeza, La aventura de una moza, Paisaje con pájaros amarillos, Noche azul y Fata Morgana.
Cuando era niño le pidieron en una excursión, a él y a otros compañeros de colegio, que hiciera un acueducto. El se apartó de la ortodoxia y presentó un acueducto hecho…¡con zapatos!, recuerda Alberto Villegas citando al escritor George Steiner, de origen judío, nacido en París y nacionalizado norteamericano.
Klee tenía seis años en esa época. Ya afloraban su sentido lúdico y ese extraño y maravilloso don de ver del otro lado del espejo.
Hemos elegido su acuarela Fata Morgana sobre el mar (2), pintada en 1918, para ilustrar estos renglones. Un espejismo de color.
(1) El grupo Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), fundado en 1911, desembocó rápidamente en la abstracción, calificativo que ha hecho fortuna y, como dice el crítico español de pintura Julián Gallego, se emplea a tuertas y derechas. El nombre procede de un almanaque que aglutinó a unos cuantos artistas alemanes, como los pintores Franz Marc, August Macke, el ruso Vassili Kandinsky y los compositores Schönberg –también pintor expresionista- y Hartman Sabanejev.
(2) Fata Morgana, o el hada Morgana, fue la hermanastra del Rey Arturo (Morgan Le Fay) que, según la leyenda, era extremadamente voluble. La fatamorgana es un espejismo que se debe a una inversión de temperatura. Todo lo que pueda verse en el horizonte, incluídos islotes, témpanos de hielo y promontorios toma, en virtud de ese fenómeno, una forma elevada y alargada, similar a…”castillos de cuentos de hadas”.
En 1914 viajó a Túnez. Los deslumbrantes colores de esa ciudad norteafricana le impresionaron profundamente, y habría de llevarlos después a su paleta.
Su estilo pictórico se asienta, entre otras bases, en una concepción un tanto enigmática y efímera –y, por tanto, romántica- del movimiento de la creación. Más libremente podría decirse que tenía una noción muy original de la poesía del movimiento.
Era un buen dibujante, pero quizás lo más notable de este gran pintor haya sido siempre su imaginación poética. Como persona, era excelente, se deduce del estudio de su biografía –la que no viene en los manuales ni en los folletos-. Era, por ejemplo, un gran amante de los gatos.
Klee expuso con el grupo Der Blaue Reiter (1) y enseñó en la Academia de Düsseldorf.
No pueden dejar de citarse, entre sus muchas obras, La Tristeza, La aventura de una moza, Paisaje con pájaros amarillos, Noche azul y Fata Morgana.
Cuando era niño le pidieron en una excursión, a él y a otros compañeros de colegio, que hiciera un acueducto. El se apartó de la ortodoxia y presentó un acueducto hecho…¡con zapatos!, recuerda Alberto Villegas citando al escritor George Steiner, de origen judío, nacido en París y nacionalizado norteamericano.
Klee tenía seis años en esa época. Ya afloraban su sentido lúdico y ese extraño y maravilloso don de ver del otro lado del espejo.
Hemos elegido su acuarela Fata Morgana sobre el mar (2), pintada en 1918, para ilustrar estos renglones. Un espejismo de color.
(1) El grupo Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), fundado en 1911, desembocó rápidamente en la abstracción, calificativo que ha hecho fortuna y, como dice el crítico español de pintura Julián Gallego, se emplea a tuertas y derechas. El nombre procede de un almanaque que aglutinó a unos cuantos artistas alemanes, como los pintores Franz Marc, August Macke, el ruso Vassili Kandinsky y los compositores Schönberg –también pintor expresionista- y Hartman Sabanejev.
(2) Fata Morgana, o el hada Morgana, fue la hermanastra del Rey Arturo (Morgan Le Fay) que, según la leyenda, era extremadamente voluble. La fatamorgana es un espejismo que se debe a una inversión de temperatura. Todo lo que pueda verse en el horizonte, incluídos islotes, témpanos de hielo y promontorios toma, en virtud de ese fenómeno, una forma elevada y alargada, similar a…”castillos de cuentos de hadas”.
© José Luis Alvarez Fermosel
2 comentarios:
Caballero Español: Confieso que Klee no está dentro de los estilos de pintura que me gustan pero sí hay algo que es bárbaro: toda la información que da siempre sobre pintores y pinturas, entre otros temas. Para estudiar, tenía necesidad de saber algo sobre Fata Morgana. Busqué y encontré bastante pero...¡no tan bien explicado y en breve resúmen! Lo felicito por su maestría para escribir, resumir, ¡explicar! y como dijo otro lector ser tan buén fotógrafo con palabras. ¿Nunca pensó dedicarse a la docencia? Sería genial. Gracias por lo que nos brinda en el blog y por la radio. Mi nombre es Federico (me dicen Fede) y sí, confieso, soy... un macho posmo, pero no tanto.
Fede: si eres macho posmo, pero no mucho, tiene solución. Para tu fortuna, yo creo que quizás lo del macho posmo se centre en lo externo, porque tu pensamiento es claro y firme. Mi capacidad, que generosamente se ha calificado de fotográfica, se debe a mis muchos años de reporterismo. En cuanto a la docencia, la he practicado esporádicamente. Gracias por escribir y un fuerte abrazo.
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