lunes, 17 de mayo de 2010

Más sobre las crisis financieras del milenio

En una de las crisis económico-financieras más graves de la actualidad, concretamente la de España, 584 consejeros y directivos de las empresas del Ibex 35 cobraron en 2009 una media de 989.000 euros.
El año pasado fue el peor de la recesión que flagela la Península Ibérica. La recesión es tan grave que se está al borde de que el país salga de la zona del euro.
Los grandes ejecutivos se reparten millones de euros como quien arroja un puñado de monedas a los niños de la calle cuando pasa un bautizo –vieja costumbre ibérica-.
En plena crisis, se baten récords de apropiaciones de dinero entre millonarios. Muchos de ellos llevaron a sus firmas a la mayor suspensión de pagos empresarial de la historia.
Se enriquece salvajemente la élite dentro de la élite. A los que tienen que cobrar no se les paga. El pueblo llano se aprieta el cinturón casi hasta la asfixia.
El diario madrileño El País da a conocer cifras para el espanto. Es sólo un botón de muestra. Un botón de muestra que enciende el pelo.
Ya no está la cosa para sarcasmos, ni parábolas, ni comparaciones, ni juegos de metáforas.
La situación es afligente, lo repetimos. Y, sobre todas las cosas, indignante.
© J. L. A. F.

2 comentarios:

Carlos dijo...

José Luis, otro tanto ocurrió durante la crisis en EE.UU. con muchas de sus grandes empresas, que luego del manotazo de ahogado que recibieran por parte del Gobierno, luego vinimos a enteramos que las cúpulas directivas de tales empresas habían cobrado "algunos premios monetarios" por eficiencia y excelente manejo de gestión.

Algunos tiene tal cara de piedra, que reíte del granito. DELINCUENTRS.

Me saqué. :)

Un abrazo.

Caballero Español dijo...

Querido Carlos: Yo también estoy completamente sacado. Entre otras cosas porque ningún economista, de ninguna parte del mundo, ha sabido explicarme el origen de estas crisis económico-financieras mundiales, o globales, tal vez porque saben que están provocadas por los grandes magnates y las no menos grandes corporaciones. La desverguenza también es global. Gracias por escribir y un abrazo.