¡Pobre España! ¡Cómo
la están dejando!
Vamos a soñar
despiertos: vamos a soñar con que se invente un piloto automático que haga
viable la marcha de los países sin que se necesiten políticos para conducirlos
–casi siempre a la ruina-.
Alguien dijo que la
política, como la prostitución, es un mal necesario. ¡Cuánto mal están haciéndonos
a los españoles los políticos que nos gobiernan, es decir, que nos manejan!
¡Cómo si no hubiéramos sufrido bastante!
Ya no se trata de
“fachos” ni de “rojos”, ni del PP ni del PSOE. Son los hacedores de las leyes,
y quienes las instrumentan, y quienes toman las medidas.
Lo ideal es que el hombre, políticamente hablando, termine por no tener
Estado con E mayúscula, estado político, dijo Borges.
Sostuvo Robert Louis
Stevenson, un escritor muy admirado por Borges: La política es algo para lo que se supone que no se necesita ninguna
preparación.
Ninguna preparación
para hacer las cosas a derechas; entiéndase bien: no las cosas hechas por las
derechas, o la derecha. El que no sabe lo hace mal, cualquiera que sea su
ideología.
Como los petulantes
y tiránicos jacobinos presuntamente democráticos que están estirando la vieja
piel de toro y van a terminar por romperla. Como los que están dejándola exangüe.
Tienen el poder: los
nueve décimos de la ley.
Hay gente que se
suicida porque se queda de pronto sin casa, sin trabajo, sin sueldo, sin
esperanzas...
Aquellos hombres y
mujeres que un día se fueron a España procedentes de otros países, en busca de
un futuro mejor, están regresando con la cabeza gacha y los bolsillos vacíos.
Cuando ya no quede
nada, cuando se produzca la entropía final estaremos como en “Idiocracia”, una
profética película que recomiendo a quienes no la hayan visto en su momento que
la alquilen o la compren y la vean. Su acción transcurre en Estados Unidos,
pero lo que cuenta puede pasar en cualquier país.
Ya se ha encendido
una roja luz que dice: ¡Peligro!
© José Luis Alvarez Fermosel
No hay comentarios:
Publicar un comentario