La cada vez más
aguda y más enquistada crisis política, económica y social de España, que ya
está provocando suicidios, no parece tener solución porque no les interesa
hallarla, lógicamente, a quienes la han provocado: los malos, pésimos
políticos, el alto capital, la banca, los turiferarios del nefasto régimen de
Rajoy –que antes lo fueron de Zapatero- y exigen su soldada, y ese además tan
prolongado.
Lo venimos
diciendo desde los comienzos de la sospechosa crisis. No fue la nuestra una voz
clamante en el desierto. Ni tampoco un dislate que se nos ocurriera sólo a
nosotros, en un momento de ofuscación.
Mucha gente
honrada, inteligente y con certera visión de los hombres, las cosas, la
política y, por encima de todo la la realidad está contando las cosas como son
desde el principio.
Pero los que
provocaron la crisis tienen el poder, procedente de la corrupción, y no van a
abandonarlo, ni mucho menos van a tratar de sacar a España del caos en el que
la han sumido por su ignorancia, su escasa instrucción, su pésima formación
política, su incuria y su enfermiza y enfermante rapacidad, que parece no
tener límite.
El pueblo español vuelve a ser pobre de solemnidad.
© José Luis Alvarez Fermosel
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