martes, 6 de noviembre de 2012

Leonardo Favio ya descansa en paz



Otro buen artista y buen ser humano que deja este mundo.
Leonardo nos abandona con pena y con gloria.
Hacía muchas cosas, entre ellas le cantaba a la vida. Era de hacer bien lo que hay qué hacer, a diferencia de tanto mal principiante profesional y de tanto pedante que no ve tres en un burro y presume de tener la vista larga.
Este año está siendo terrorífico para los artistas. Cuando en sus últimos días se haga el trágico recuento de los que se llevó la Desnarigada, se nos pondrán los pelos de punta. Ni uno solo de los que desaparecieron –algunos todavía jóvenes- era mala gente. Los malos –no nos cansaremos de repetirlo- siguen vivos, encumbrados y poderosos, instalados con prepotencia en sus sitiales, perjudicando a cuantos pueden. La vida es cada vez más injusta y más cruel.
Algunos no querían a Leonardo Favio. Muchos le envidiaban. Yo lo entrevisté una vez, recién llegado a Buenos Aires. No pudo ser más considerado, más gentil. Después sólo vi en la televisión y alguna vez me crucé con él en una fiesta.
Ahora se ha ido para no volver, él también, formando parte de un espeluznante desfile. Las buenas personas le lloran.

© José Luis Alvarez Fermosel

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