martes, 18 de noviembre de 2014

La gramática llora



Alguien hizo las “pases” (en lugar de paces) con alguien, leí hace unos días en un titular de un medio informativo online, no recuerdo ahora cuál. El editor no envió al redactor del título a pacer con las vacas a las feraces praderas de Corrientes. Así estamos.
El crimen de la estudiante chilena”, dicen en el noticiero de todos los canales de aire. La pobre estudiante chilena no cometió ningún crimen, fue objeto de uno. El asesinato de la estudiante chilena, debería decirse.
La Gramática y su hija favorita, la Ortografía caminan llorando, maltratadas, dando tumbos por un sendero solitario, quizás en busca de un lugar en el que las traten bien… ¿Acaso la Real Academia Española?
Las otras hijas, la Prosodia, la Morfología, la Sintaxis y las nietas, la Ortología y la Fonética se  quedaron en casa sollozando, también. El panorama es sombrío.
Alex Grijelmo dice que nunca ha visto a un periodista que escriba bien… y con faltas de ortografía.
Alguna razón habrá para que quienes tienen ideas brillantes y se muestran rigurosos en sus datos y en sus fuentes sean también los que más cuidan su forma de expresarse.
Grijelmo añade que no se refiere a la necesidad de adquirir unos conocimientos teóricos, filológicos, lexicográficos… que muchos consideran aburridos. Hablo del genio del idioma, del armazón interno que tiene nuestra lengua y que nos atrapa con la suavidad y la fuerza de un oso panda gigante, añade.
Inmediatamente se alzaron voces disidentes:
Se entiende lo mismo, se escriba como se escriba; yo vengo diciendo “primer vez” desde que tengo uso de razón, no voy a empezar ahora a decir primera vez; hay cosas más importantes que la ortografía; escribiendo de prisa, a veces uno se confunde; ¡basta con los maestrillos!; ¡cada uno escribe como sabe!; confrontar significa cotejar, comprobar, pero ha cambiado ya de significado y ahora se usa como sinónimo de enfrentar; ¡como si no tuviéramos bastante con todos los que nos corrigen, ahora viene el señor Alex Grijelmo a enmendarnos la plana!: ¿quién es el señor Grijelmo y cuáles son los pergaminos que le autorizan a pontificar?
  
Los pergaminos de Grijelmo

Pues el señor Grijelmo y sus pergaminos son:
Alex Grijelmo nació en Burgos (España), en 1956. Es doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y titulado en alta dirección de empresas (PADE) por el IESE. Trabajó en el diario La voz de Castilla, en la agencia Europa Press y durante dieciséis años en diario El País de Madrid. Coordinó la edición del Libro de estilo de ese periódico (1988), y ha escrito El estilo del periodista (1997), Defensa apasionada del idioma español (1998), La seducción de la palabras (2000), La punta de la lengua (2004), El genio del idioma (2004), La gramática descomplicada (2006), Palabras moribundas 2011), en colaboración con Pilar García Mouton, y La información del silencio (2012). Fue responsable periodístico de los medios de Prisa en América, dirigió la agencia EFE (2004-2012) y en 2007 fue elegido presidente del Consejo Mundial de Agencias para un mandato de tres años. En 1999 recibió el premio nacional de periodismo Miguel Delibes, y en 2006 el honorary degree de la fundación universitaria ESERP por su gestión empresarial, así como la Antena de Oro de la Asociación de Profesionales de Radio y Televisión por sus colaboraciones sobre lenguaje en el programa de RNE No es un día cualquiera, que dirige Pepa Fernández. En 2012 se reincorporó a Prisa Noticias como director de Desarrollo Internacional, y actualmente es adjunto al director de El País y columnista del periódico con su sección La punta de la lengua.
Este texto figura íntegro, tal cual lo hemos transcripto, en la solapa de la cuarta edición de El estilo del periodista, de Alex Grijelmo, publicada por la colección Pensamiento de la editorial Taurus en Buenos Aires. El libro está en todas las librerías, mide 24 por 15 centímetros y tiene 568 páginas. Su lectura es altamente recomendable para todos los profesionales de la información.
Acaso lo sea también para esas personas relativamente educadas a las que María Elena Walsh responsabiliza en su libro Diario brujo del “desmadre lingûístico”.
Los desposeídos, las personas humildes suelen ser modelos de corrección, saben muy bien lo que quieren comunicar y nadie deja de entenderlos: a muchos porque son provincianos o de diversos países hispanohablantes, a otros porque disfrutan de una quizás incompleta pero excelente enseñanza primaria, remachaba la excelente escritora, compositora y cantante argentina.

Por la transcripción: © J. L. A. F.

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