La movida cultural de Madrid
Como dice Rosa Montero, no es cierto que hoy se lea menos que antes. “La lectura siempre fue una actividad minoritaria, y hoy esa minoría, los datos lo demuestran, es mayor que nunca en todo el mundo”, afirma la periodista y escritora española que, entre paréntesis, pasó recientemente por Buenos Aires.
Bien, ¿y qué se lee en España, en estos momentos?. Pues, entre otros libros, “Las mujeres que escriben también son peligrosas”, del escritor alemán Stefan Bollmann, un libro editado por Nueva en Madrid, en 2007, de 145 páginas y un precio de 29,50 euros. Bollmann (1958) escribió antes “Las mujeres que leen son peligrosas”.
El autor hace en su última obra una semblanza de las mujeres que osaron escribir cuando esa tarea estaba reservada a los hombres y se consideraba un síntoma de arrogancia que lo hicieran, desde Christine de Pizan a Germaine de Stäel.
Recordando a Madame de Stäel, precisamente, un libro suyo campea en las vidrieras de las librerías de Madrid: “De la influencia de las pasiones. Reflexiones sobre el suicidio”, de Germaine de Stäel (1776-1817). Un libro editado por Lumen, Barcelona, 2007, 348 páginas, 19 euros, en el que esta francesa comopolita e intelectual, mujer inteligente, liberal y liberada, expone la idea capital de que la felicidad absoluta es casi inalcanzable, aunque si sabe evitarse lo que nos daña y se procura lo que nos beneficia podrá gozarse de un estado puro que se le parece. (Hombre, como idea, no está mal…)
Otro libro que se ha colocado en buen lugar en la lista de los más vendidos es “La idiotez de lo perfecto”, de Jesús Silva-Herzog, editado por el Fondo de Cultura Económica, México, 2006, 187 páginas, 11,50 euros. (“La historia de la estupidez humana”, de Paul Tabori, no figura en ninguna lista.)
“La idiotez de lo perfecto” es un libro estimulante y oportuno, por cuanto reivindica la necesidad de reflexionar sobre una manera de entender el poder, que oscila hoy en día entre su condición de método y la de doctrina, e incluso la de coartada (No se dice en el libro que la erótica del poder es una droga dura).
Uno ha disfrutado mucho con un libro de la editorial Taschen sobre el fotógrafo francés Robert Doisneau (1912/1994), escrito por Jean-Claude Gautrand e ilustrado con infinidad de fotos del inolvidable autor de “El beso del Hotel de Ville”. El libro tiene 190 páginas, me costó 10 euros y yo creo que es infaltable en la biblioteca de un aficionado a la fotografía.
“Prisión perpetua”, del argentino Ricardo Piglia (1940), (Anagrama, Barcelona, 2007, 160 páginas, 11,71 euros) se está vendiendo como pan caliente. No se trata de un libro nuevo, pues se publicó inicialmente en Buenos Aires en 1988.
Piglia ha sido calificado por la crítica española de “uno de los más sugestivos y lúcidos narradores latinoamericanos”. Su libro es casi un compendio desde el que puede apreciarse la evolución de diversos mundos, a cuyo acceso se nos invita.
Pasando de la literatura a la pintura, las dos exposiciones más importantes, en mi modesta opinión, son las de Durero y Cranach, en el Museo Thyssen Bornemisza y la Fundación Caja Madrid, y la de Pierre Klossowski en el Círculo de Bellas Artes.
Con respecto a la primera, yo vi sólo la parte “Un mundo en conflicto”, la que se exhibe en la Fundación Caja Madrid, en la Plaza de San Martín,1 –porque, como ya dijimos, en Madrid también hay una Plaza San Martín-.
La muestra, incluso la parte que yo no vi, propone un recorrido por un período del arte alemán comprendido entre las postrimerías del siglo XV y la primera mitad del XVI. Se centra en dos de sus pintores más representativos: Alberto Durero y Lucas Cranach, el Viejo. Su objetivo más importantes es subrayar la importancia del papel que las imágenes artísticas jugaron en unos acontecimientos que cambiaron el arte, la religión y la política.
Hay obras monumentales y magníficas, como “El cañón de Nüremberg”, de Durero, de la serie “De la caballería a los cañones, una nueva imagen de la guerra”, o escenas de la Corte Sajona de Cranach.
Frente al concepto de belleza creado y propuesto por Durero, otros pintores alemanes de esa época, como Baldung y el mismo Cranach optaron por patrones que contenían, al mismo tiempo, la admiración y el rechazo hacia esos modelos.
Otra exposición notable es la que refleja el mundo contradictorio y difuso del escritor y pintor franco-polaco Pierre Klossowski (1905-2001), hermano de Balthus.
La muestra destaca grandes dibujos en los que se exhibe el sexo sin tapujos ni cortapisas, tal como procedía en unos tiempos marcados por la creatividad y la libertad con respecto a temas que, aparentemente, dejaron de ser tabúes hace décadas.
También pueden contemplarse fotografías que constituyen vívidos testimonios del selecto entorno que circundó al artista, del que formaron parte André Breton, Georges Bataille y Henry Michaux, entre otros no menos conspicuos.
Otras muestras interesantes son “Pompeya y Herculano a la sombra del Vesubio”, en la sala de las Bóvedas del Centro Conde Duque y “Mujeres de Blanco” en el Museo del Traje.
En teatro, el Chejov más divertido llegó a la Comunidad de Madrid. Juan Dolores Caballero y la compañía Histrión representaron “El casamiento” en el Corral de Comedias de Alcalé de Henares, cerca de Madrid. Juan Pastor dirige “Yalta” en la sala Guindalera de Madrid.
El autor Tomás Afán Muñoz y el director Mariano de Paco estrenaron “11 miradas” en la sala Cuarta Pares de Madrid. La obra, galardonada con el Premio Ciudad de Palencia de Textos Teatrales, evoca mediante testimonios el dolor y la consternación de los supervivientes del atentado terrorista del 11 de marzo de 2004, el más grave cometido en España.
Un documental cinematográfico –que no es documental sino ficción- muy discutido es “Muerte de un presidente”, del cineasta británico Gabriel Range, en el que el presidente de los Estados Unidos, Georges W. Bush sufre un atentado y todos los dispositivos de una sociedad plagada de prejuicios se activan para que muestre su peor rostro.
La película narra con lucidez la fabricación de un culpable por parte del gobierno y los servicios secretos. “El corazón de la historia era poner al descubierto que la honestidad debe ser la primera cualidad de todo político, y que después del 11S se ha tejido una maraña de mentiras de la que la sociedad estadounidense tardará en desembarazarse”, sostiene Range refiriéndose a su falso documental, género conocido como “mockumentary”.
“Leones por corderos”, con Robert Redford, está teniendo gran éxito en Madrid. Brian de Palma se estrelló en la taquilla española con su alegato contra la guerra de Irak, “Redacted”.
Entre los cinco discos –por seguir llamándolos así- más vendidos está “Pavarotti for ever”, del sello Decca. Otros son: “Other people’s lives”, de Ray Daviies y “Resistencia”, de Julio Pereira, que retoma el camino de la música de su mandolina.
Uno recuerda unos trémolos lejanos de mandolina que iban pergeñando una canción en la dorada mañana del verano madrileño: “Ramona”.
“Ramona, como una dulce aparición…”.
© José Luis Alvarez Fermosel
Desde Madrid - 2007
Como dice Rosa Montero, no es cierto que hoy se lea menos que antes. “La lectura siempre fue una actividad minoritaria, y hoy esa minoría, los datos lo demuestran, es mayor que nunca en todo el mundo”, afirma la periodista y escritora española que, entre paréntesis, pasó recientemente por Buenos Aires.
Bien, ¿y qué se lee en España, en estos momentos?. Pues, entre otros libros, “Las mujeres que escriben también son peligrosas”, del escritor alemán Stefan Bollmann, un libro editado por Nueva en Madrid, en 2007, de 145 páginas y un precio de 29,50 euros. Bollmann (1958) escribió antes “Las mujeres que leen son peligrosas”.
El autor hace en su última obra una semblanza de las mujeres que osaron escribir cuando esa tarea estaba reservada a los hombres y se consideraba un síntoma de arrogancia que lo hicieran, desde Christine de Pizan a Germaine de Stäel.
Recordando a Madame de Stäel, precisamente, un libro suyo campea en las vidrieras de las librerías de Madrid: “De la influencia de las pasiones. Reflexiones sobre el suicidio”, de Germaine de Stäel (1776-1817). Un libro editado por Lumen, Barcelona, 2007, 348 páginas, 19 euros, en el que esta francesa comopolita e intelectual, mujer inteligente, liberal y liberada, expone la idea capital de que la felicidad absoluta es casi inalcanzable, aunque si sabe evitarse lo que nos daña y se procura lo que nos beneficia podrá gozarse de un estado puro que se le parece. (Hombre, como idea, no está mal…)
Otro libro que se ha colocado en buen lugar en la lista de los más vendidos es “La idiotez de lo perfecto”, de Jesús Silva-Herzog, editado por el Fondo de Cultura Económica, México, 2006, 187 páginas, 11,50 euros. (“La historia de la estupidez humana”, de Paul Tabori, no figura en ninguna lista.)
“La idiotez de lo perfecto” es un libro estimulante y oportuno, por cuanto reivindica la necesidad de reflexionar sobre una manera de entender el poder, que oscila hoy en día entre su condición de método y la de doctrina, e incluso la de coartada (No se dice en el libro que la erótica del poder es una droga dura).
Uno ha disfrutado mucho con un libro de la editorial Taschen sobre el fotógrafo francés Robert Doisneau (1912/1994), escrito por Jean-Claude Gautrand e ilustrado con infinidad de fotos del inolvidable autor de “El beso del Hotel de Ville”. El libro tiene 190 páginas, me costó 10 euros y yo creo que es infaltable en la biblioteca de un aficionado a la fotografía.
“Prisión perpetua”, del argentino Ricardo Piglia (1940), (Anagrama, Barcelona, 2007, 160 páginas, 11,71 euros) se está vendiendo como pan caliente. No se trata de un libro nuevo, pues se publicó inicialmente en Buenos Aires en 1988.
Piglia ha sido calificado por la crítica española de “uno de los más sugestivos y lúcidos narradores latinoamericanos”. Su libro es casi un compendio desde el que puede apreciarse la evolución de diversos mundos, a cuyo acceso se nos invita.
Pasando de la literatura a la pintura, las dos exposiciones más importantes, en mi modesta opinión, son las de Durero y Cranach, en el Museo Thyssen Bornemisza y la Fundación Caja Madrid, y la de Pierre Klossowski en el Círculo de Bellas Artes.
Con respecto a la primera, yo vi sólo la parte “Un mundo en conflicto”, la que se exhibe en la Fundación Caja Madrid, en la Plaza de San Martín,1 –porque, como ya dijimos, en Madrid también hay una Plaza San Martín-.
La muestra, incluso la parte que yo no vi, propone un recorrido por un período del arte alemán comprendido entre las postrimerías del siglo XV y la primera mitad del XVI. Se centra en dos de sus pintores más representativos: Alberto Durero y Lucas Cranach, el Viejo. Su objetivo más importantes es subrayar la importancia del papel que las imágenes artísticas jugaron en unos acontecimientos que cambiaron el arte, la religión y la política.
Hay obras monumentales y magníficas, como “El cañón de Nüremberg”, de Durero, de la serie “De la caballería a los cañones, una nueva imagen de la guerra”, o escenas de la Corte Sajona de Cranach.
Frente al concepto de belleza creado y propuesto por Durero, otros pintores alemanes de esa época, como Baldung y el mismo Cranach optaron por patrones que contenían, al mismo tiempo, la admiración y el rechazo hacia esos modelos.
Otra exposición notable es la que refleja el mundo contradictorio y difuso del escritor y pintor franco-polaco Pierre Klossowski (1905-2001), hermano de Balthus.
La muestra destaca grandes dibujos en los que se exhibe el sexo sin tapujos ni cortapisas, tal como procedía en unos tiempos marcados por la creatividad y la libertad con respecto a temas que, aparentemente, dejaron de ser tabúes hace décadas.
También pueden contemplarse fotografías que constituyen vívidos testimonios del selecto entorno que circundó al artista, del que formaron parte André Breton, Georges Bataille y Henry Michaux, entre otros no menos conspicuos.
Otras muestras interesantes son “Pompeya y Herculano a la sombra del Vesubio”, en la sala de las Bóvedas del Centro Conde Duque y “Mujeres de Blanco” en el Museo del Traje.
En teatro, el Chejov más divertido llegó a la Comunidad de Madrid. Juan Dolores Caballero y la compañía Histrión representaron “El casamiento” en el Corral de Comedias de Alcalé de Henares, cerca de Madrid. Juan Pastor dirige “Yalta” en la sala Guindalera de Madrid.
El autor Tomás Afán Muñoz y el director Mariano de Paco estrenaron “11 miradas” en la sala Cuarta Pares de Madrid. La obra, galardonada con el Premio Ciudad de Palencia de Textos Teatrales, evoca mediante testimonios el dolor y la consternación de los supervivientes del atentado terrorista del 11 de marzo de 2004, el más grave cometido en España.
Un documental cinematográfico –que no es documental sino ficción- muy discutido es “Muerte de un presidente”, del cineasta británico Gabriel Range, en el que el presidente de los Estados Unidos, Georges W. Bush sufre un atentado y todos los dispositivos de una sociedad plagada de prejuicios se activan para que muestre su peor rostro.
La película narra con lucidez la fabricación de un culpable por parte del gobierno y los servicios secretos. “El corazón de la historia era poner al descubierto que la honestidad debe ser la primera cualidad de todo político, y que después del 11S se ha tejido una maraña de mentiras de la que la sociedad estadounidense tardará en desembarazarse”, sostiene Range refiriéndose a su falso documental, género conocido como “mockumentary”.
“Leones por corderos”, con Robert Redford, está teniendo gran éxito en Madrid. Brian de Palma se estrelló en la taquilla española con su alegato contra la guerra de Irak, “Redacted”.
Entre los cinco discos –por seguir llamándolos así- más vendidos está “Pavarotti for ever”, del sello Decca. Otros son: “Other people’s lives”, de Ray Daviies y “Resistencia”, de Julio Pereira, que retoma el camino de la música de su mandolina.
Uno recuerda unos trémolos lejanos de mandolina que iban pergeñando una canción en la dorada mañana del verano madrileño: “Ramona”.
“Ramona, como una dulce aparición…”.
© José Luis Alvarez Fermosel
Desde Madrid - 2007
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