lunes, 24 de diciembre de 2007

¡Feliz Navidad!

Caminaba yo el otro día por la calle Florida, hacia la plaza San Martín. La cantidad de gente que circulaba por esa calle peatonal, tan típica, era enorme.
Yo iba sumido en mis pensamientos. En un momento dado me pareció escuchar un coro de niños que cantaba una canción navideña. De pronto, me encontré con algo en la mano: una estampita, la misma que ilustra estas líneas. Alguien, quizás uno de los niños del coro me la había dado y yo la tomé sin darme cuenta.
Una estampa de Cáritas, una organización que respeto y admiro. Al dorso, la estampita dice lo siguiente:

“Vengan, benditos de mi Padre y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; estaba de paso y me alojaron; desnudo y me vistieron; preso y me vinieron a ver… Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.” Evangelio de San Mateo 25, 34-40.


© José Luis Alvarez Fermosel

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