sábado, 26 de julio de 2008

El año argentino de España

Un 26 de julio como hoy, hace 56 años, murió en Buenos Aires María Eva Duarte de Perón (1919/1952) a los 33 años de un cáncer de útero. Fue la segunda esposa del general Juan Domingo Perón (1895/1974), creador del movimiento popular denominado justicialismo o peronismo –la tercera posición: “ni yanquis ni marxistas, peronistas…”-.
Perón presidió Argentina en tres oportunidades. Después de su derrocamiento en 1955 por la llamada Revolución Libertadora, transitó por varios países latinoamericanos y al cabo se asiló en España, donde vivió por espacio de casi veinte años.
Eva Perón viajó a España en 1947: el año argentino de España.
“Lo mismo que en las exposiciones internacionales se dedica un día a cada uno de los países participantes, la historia de la España contemporánea tiene, en justicia, que dedicar aquel año a la nación argentina. Es la mínima gratitud que merece el país que nos alimentó doblemente: en lo material y en lo espiritual. Estremece pensar lo que hubiera sido de nosotros sin el trigo, los huevos y la carne que nos mandó el gobierno argentino".
Esto nos dijo Fernando Vizcaíno Casas, quien fue el mejor abogado laboralista de España, espe­cialista en Derecho Cinematográfico y, además, uno de los escritores más populares de la historia editorial, ya que vendió más de cuatro millones de ejemplares de sus libros. Tenía en su haber, entre otras distinciones, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Esta entrevista se públicó por primera y única vez en el semanario hemisférico “Tiempos del Mundo” –que se editaba en 17 países latinoamericanos y tres ciudades estadounidenses: Washington, Nueva York y Miami-. Sale a la luz ahora en este blog con carácter de (retrospectiva) primicia.
El apoyo de los argentinos en esos años tan difíciles para nosotros fue inestimable. Lo subrayó la llegada del emba­jador de Argentina -cuando todos los demás se habían ido- y de la propia esposa del presidente de la República, Eva Duarte. La sensibilidad del español, tan agudizada en aquellos tiempos, supo valorar debidamente el rasgo del gene­ral Perón.
En octubre de 1946 se había firmado un tratado comercial hispano-argentino, que se cumpliría el año siguiente.
Cuando las Naciones Unidas acordaron la retirada de España de todos los embajadores -por entender que la Península era partidaria del Eje (1)-, el gobierno argentino del general Juan Perón no sólo votó en contra sino que decidió inmediatamente el envío de un embajador, puesto que el cargo estaba vacante. Fue nombrado Pedro Radío, que llegó a Barcelona el 13 de enero a bordo, además, de un barco de bandera española. (No se escatimaron los detalles, tan importantes.)
El embajador Radío, a quien se dis­pensó un caluroso recibimiento, declaró a los periodistas: "Vengo cumpliendo un acto normal y regular de mi gobierno: el envío del representante del pueblo argen­tino ante el pueblo español. Con este acto el gobierno argentino no desafía a nadie. España es para nosotros única e indivi­sible desde los Reyes Católicos. El amor a ella jamás se ha interrumpido."
Hermosas palabras, que esta vez no fueron sólo palabras. La agencia española de noticias EFE anunció, al mismo tiempo, que de la Argentina lle­garían a España, durante 1947, un mínimo de 400.000 toneladas de trigo, 120.000 de maíz, 8.000 de aceites comestibles, 16 de tortas ole­aginosas, 100.000 de lentejas, 20.000 de carne conge­lada, 5.000 de carne salada y 50.000 cajones de huevos. Por su parte, España envia­ría 5.000 toneladas de chapa negra, 5.000 de plomo, 5.000 de corcho, 600 de papel para cigarrillos y 200 de aceitu­nas.
El 26 de marzo, toda la prensa española recogía ensus titulares de primera página unas declaracionesdel ministro de Industria y Comercio, Juan Antonio Suanzes: "Carne y trigo argentinos aseguran el abastecimiento de España duran­te este año".
Aquéllo
–recordó Vizcaíno Casas- supuso para nosotros un respiro, porque la España de entonces seguía enfrenta­da a diario con el 'pavoroso espectro' del hambre. Y el hambre total quedaba descartada gracias a la Argentina".
- ¿Recuerda la llegada de Eva Perón a España?
- ¡Perfectamente! Llegó el nueve de junio en visita oficial. El entusiasmo de los españoles fue excepcional. En pocas oportunidades el viaje de una personalidad política justificó como entonces el fervor de las muchedumbres. Cientos de miles de madrileños aclamaron a Evita en la Plaza de Oriente.
- La verdad es que tenían motivos para hacerlo.
- Desde luego. Evita representaba el país que nos daba de comer, pero tam­bién, y eso fue lo más importante, nos apoyaba moralmente en medio del aban­dono general. La señora de Perón era, por otra parte, la líder de los "descamisados", la mujer que estaba llevando a cabo una profunda revolución social en favor de las clases humildes de su país. (Eso no le impidíó hacer en España sus apariciones públicas vistiendo las más elegantes "tenues" y unas preciosas capas de visón, a despecho del agobiante calor del junio madrileño.)
- ¿Y qué dijo la prensa?
- La prensa se volcó también en homenajes a la primera dama argentina. El diario “Arriba” dijo: "Madrid entero rinde homenaje a la Argentina en la persona de María Eva Duarte de Perón". Bajo el título "Mensajera de amor y paz", el diario “Madrid” escribió: "Lo mejor del grandioso espectáculo que ofreció Madrid ayer con motivo de la lle­gada de la señora de Perón fue su sincera cordialidad”.
- ¿Qué más recuerda de la visita de Eva Perón a España?
- Pues que visitó El Escorial (2), el castillo de la Mota (3), las ciudades anda­luzas de Granada, donde recorrió las calles en coche de caballos, y Sevilla -aquí rezó fervorosamente ante la Virgen de la Macarena-, Santiago de Compostela, en Galicia, y Barcelona, la segunda ciudad de España, en Cataluña, adonde acudió el general Francisco Franco, que entonces regía los destinos de los espa­ñoles, a despedirla. Allí, en la capital catalana, se le rindieron homenajes espe­ciales. Evita estuvo especialmente cauta y feliz en sus declaraciones. Destaque­mos esta frase suya, indudablemente cer­tera y oportuna desde un punto de vista político: "No he venido a formar ejes, sino a tender un arco iris".
Eva Perón se fue de España en olor de multitud. Y continuaron llegando, gracias a Dios, los envíos alimenticios de su país. Al mercante Quitay, que trajo al puerto de Barcelona 604.000 kilos de carne congelada procedente de Argentina, se lo recibió también con alegría.
El año 1947 fue, verdaderamente, el año argentino de España.


(1) Alianza político-militar establecida en 1936 entre Berlín y Roma. Después se unieron Japón, Hungría, Rumania y Bulgaria.
(2) Pueblo de España, en la falda de la sierra del Guadarrama –a 50 kilómetros de Madrid-, donde está el famoso monasterio, considerado como la octava maravilla delmundo, que el rey Felipe II mandó construir en 1563 para conmemorar el triunfo de los españoles contra los franceses en la batalla de San Quintín, en 1557.
(3) En el castillo de la Mota, en Medina del Campo (Valladolid) murió en 1512 la reina Isabel La Católica.



© José Luis Alvarez Fermosel




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, gracias, sinceramente, por ser ud. un hombre con tanta memoria y recordar cosas de la historia que le son imborrables al parecer. Muy bueno lo suyo. ¡Extraordinario! Un abrazo. Marcelo.

Anónimo dijo...

El agradecido soy yo, Marcelo, en nombre de mi patria, a la que ayudó tanto la tuya, y en el mío propio. Tienes razón, hay cosas y recuerdos que no se pueden borrar. Gracias por tus elogios y un abrazo.

Anónimo dijo...

Estimado Caballero Español: al margen de lo que uno ha leído y visto documentales al respecto, le agradezco mucho su relato, tan vívido. Lo sigo siempre por el blog y por la radio. Un gran abrazo. Alfonso (Barrio Caballito)

Anónimo dijo...

Gracias, Alfonso, por seguirme poco menos que a Adelita, cuando se temía se fuera con otro: por tierra y por mar. A mí me sigues por las ondas y por la electrónica. Me alegro de que mi relato sobre aquellos tiempos difíciles para nosotros, en los que contamos con vuestra generosa ayuda, te haya parecido bien. Un fuerte abrazo.