sábado, 12 de julio de 2008

El decálogo de Spock

Las barbaridades que hacen ahora los chicos -y no tan chicos- en los colegios, entre ellas pegar a las profesoras, ingresar en las aulas con revólver y apuñalar a compañeros, por no citar más que unas pocas, ha originado, como no podía ser de otra manera, un debate en la sociedad que hasta ahora no ha producido resultado positivo alguno, en el sentido de revertir tales desafueros.
Se habla, entre otras cosas, de que la culpa de estos desmanes se gesta en los hogares donde los padres no educan a sus hijos como Dios manda.
Recordemos el conocido decálogo del brillante médico estadounidense Benjamin Spock, padre de la pediatría y la pedagogía mo­dernas, universalmente fa­moso por su manual para el cuidado de los niños, "Tu hijo", el libro más ven­dido de todos los tiempos después de la Biblia: 40 mi­llones de ejemplares en 39 idiomas. Todavía se venden 500.000 al año.
He aquí el decálogo de Spock, aplicable a los padres en este desquiciado mundo de 2008:

1- Respetar al niño.
2- Hacerse respetar por él.
3- Mantenerlo alejado de la televisión y los videos.
4- No impulsarlo a ser demasiado com­petitivo.
5- Pensar menos en su ca­rrera y más en él.
6- Atención a su dieta: la grasa no es bella.
7– Escuchar y atender sus necesidades emotivas.
8- No humillarlo jamás.
9– Recordar siempre que él observa: el ejemplo que se le dé será siempre fundamental.
10- No escatimar cariño.

Spock fue candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Otro de sus libros, “Un mundo mejor para nuestros hijos”, constituyó también un “boom”.


© José Luis Alvarez Fermosel


2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Bravo, bravísimo, Caballero Español! Lo felicito por tocar este tema y recodar el decálogo. La verdad es que no se deben dejar a los niños a la buena de Dios. Y como hoy día la gente confunde muchísimo autoridad con autoritarismo (que no es lo mismo), así van las cosas. Muy bueno el blog y su labor de radio.Besos. María Rosa Fuentes.

Anónimo dijo...

Gracias, María Rosa. No es conveniente, desde luego, dejar a los niños a la buena de Dios, como acertadamente dices tú. Gracias también por tus elogios por mi blog y mi trabajo en la radio. Besos.