Apenas entrada la
primavera hace un frío que pela. Ya se sabe que la primavera es veleidosa y
durante los primeros días de su reinado nos trae lluvias, viento, un poco de
frío. Lo malo es que los meteorólogos dicen que la cosa va para largo
Algunos días la
temperatura ha bajado a cero grados. Está todo tan revuelto, tan cabeza abajo,
tan subvertido, tan “topsy–turvy”, como dicen los ingleses, que hace frío en
primavera, y va a seguir haciéndolo.
Uno la saludó como
hace siempre, con alegría, con regocijo, con galantería, la piropeó y la
primavera tiró las patas por alto y empezó a repartir frío, que seguramente le
pidió al invierno porque no quería que se lo llevara todo con él. Pero en
invierno hizo muy poco frío. Sólo algunos días fueron típicos de esa estación.
“La gente está muy
loca”, decía con un tono especial de voz y mucha gracia una chica en un anuncio
publicitario en la televisión.
Por lo que se ve,
parece ser que la Naturaleza tampoco está muy cuerda. Será que, como dijo Juan
Ignacio Alvarez Fermosel, los hombres la tratamos tan mal que quiere
devolvernos la pelota.
De modo que, entronizada
ya la primavera, nos estamos muriendo de frío; y lo que no hicimos en invierno
lo estamos haciendo ahora: sacando las parkas y los abrigos de los armarios,
con sus bolas de naftalina en los bolsillos y endosándonoslos al salir a la
calle.
Los jardines están
desiertos. Las ramas de los árboles, desnudas, se agitan a impulsos del viento,
que ruge como un lobo. Las flores quieren empezar a brotar y no pueden.
Los días están
oscuros, aunque no llueva, que llueve bastante.
¡Vaya usted a
escardar cebollinos, Primavera, y que le den dos duros!
© José Luis Alvarez Fermosel
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