Un joven tonelero
escocés imigrado a Estados Unidos, Allan Pinkerton, fundó la primera agencia de
detectives del mundo, después de haber sido sheriff y, en 1849, el primer
detective de la policía de Chicago.
El lema de la
Agencia Nacional de Detectives Pinkerton era Nunca dormimos (We never sleep).
La agencia trabajó
en la protección de las diligencias Wells
and Fargo y el ferrocarril durante la fiebre del oro en California. En la Guerra
de Secesión (1861–1865) Allen Pinkerton fue jefe del servicio secreto de la
Unión y guardó las espaldas de Abraham Lincoln, a quien recién elegido
presidente de los Estados Unidos salvó la vida en un atentado.
Lincoln moriría el
14 de abril de 1965, cuando veía con su mujer y unos amigos la obra Nuestro primo americano, de Tom Taylor,
en un palco del teatro Ford de Washington y recibió un pistoletazo en la cabeza
de Jonh Wilkes Booth.
Los agentes de la
Pinkerton, a quienes el gobierno autorizaba a llevar revólver, persiguieron enconadamente
al bandidaje del Lejano Oeste, en particular a Reno Gang, Butch Cassidy,
Sundance Kid y mucho más en particular a Jesse James, asesinado por la espalda
por uno de sus antiguos secuaces y amigos.
Pinkerton murió de
una manera muy rara en 1884. Tropezó en la calle, cayó al suelo y se mordió la
lengua, ocasionándose una herida que se infectó y le produjo la muerte días
después.
Dashiell Hammet,
creador junto con Raymond Chandler de la novela negra, trabajó como detective
en la agencia Pinkerton.
La primera serie
policial
La revista inglesa Once a week incluyó en 1862 la primera
novela seriada, o en capítulos: El
misterio de Notting Hill. El detective Ralph Henderson resolvía un caso
intrincado y aportaba como pruebas cartas y dietarios personales, método
empleado después por Wilkie Collins en La
piedra lunar y Bram Stoker en Drácula.
Janet Pate dice en El libro de los detectives que “(…) este modo suave y ligeramene distante
de narrar una historia tuvo el efecto de realzar los aspectos extraños y
horribles de la trama”.
Sí, pero los
lectores de la época victoriana tuvieron oportunidad de experimentar ese poco
de terror aliñado con algunos momentos de dulzura, para que el plato no resultara
demasiado fuerte.
El misterio de Notting Hill tuvo un éxito enorme, tanto que al
final se reunieron todos los capítulos de la serie y con ellos se hizo un libro
que salió publicado, diluyéndose en seguida el misterio en la oscuridad.
Un metro y ochenta
centímetros
Una cifra que se
repite en la narrativa policíaca: un metro y ochenta centímetros.
Esa es la altura de
los detectives Sexton Blake, Sherlock Holmes, Bulldog Drummond, Philo Vance,
Ellery Queen, Simón Templar, Archie Goodwin, el comisario Maigret, Perry Mason,
Nero Wolfe, Slim (1) Callagham -que era muy delgado-, Phillip Marlowe, Lew Archer
y el comandante Gideon.
Todos son atléticos,
o por lo menos se mantienen en buena forma física. El comisario Maigret, el
abogado-detective Perry Mason y Nero Wolfe son pesos pesados. El último bate
todos los récord con 130 kilos. Maigret y Perry Mason apenas llegan a los 100,
pero no son gordos, su peso está proporción con su corpulencia y musculatura,
que son considerables.
Los más apuestos,
por este orden, son Simón Templar, Archie Goodwin, Phillip Marlowe, Philo Vance
–que es también el más elegante- y Ellery Queen.
Los de más edad son
el comisario Maigret, Nero Wolfe, el J.G. Reeder de Edgar Wallace, Hercule
Poirot, el padre Brown, el inspector Queen -el padre de Ellery Queen- y El Viejo del Rincón de la baronesa de
Orczy.
Hay un sacerdote -el
único-, el padre Brown de Chesterton, un chino, el Charlie Chan de Earl Derr
Biggers –que murió como Poe, a los 40 años- y dos negros, Sepulturero Jones y Ataúd
Johnson, de Chester Himes.
(1) Delgado en
inglés.
© José Luis Alvarez Fermosel
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