La primera novela
policial latinoamericana fue La huella
del crimen, del escritor y jurista argentino -nacido en Montevideo- Luis V.
Varela, que utilizó el seudónimo de Raúl Waleis en ésta y sus restantes obras
de otros géneros.
La huella del crimen vio la luz en 1877. Trata de un asesinato cometido en
el Bois de Boulogne de París, que
esclarece el detective Andrés L’Archiduc, el primero de la literatura policiaca
en español.
Vamos ahora a las
cifras, que en el caso de Agatha Christie, por ejemplo, son impresionantes.
Su drama policial en
dos actos La ratonera se estrenó el 25 de octubre de 1952 en el teatro Ambassadors de Londres. Desde entonces
hasta ahora no ha dejado de representarse en uno u otro confin del mundo.
Agatha Christie, a
quien se llamó La reina del crimen, escribió
66 novelas policíacas y 15 colecciones de cuentos. Vendió cuatro millones de
ejemplares y sus libros se tradujeron a 103 idiomas. Dos de sus obras empiezan
con cifras: Cinco cerditos y Diez negritos.
Desapareció entre el
3 y el 13 de diciembre de 1926. Todos los esfuerzos desplegados para localizarla
resultaron infructuosos.
Al final apareció en
el hotel Harrogate de Yorkshire, en
el que se había registrado – nunca se supo cuándo… ni con quién, si es que hubo
alguien- con el nombre de Therese Neel, de Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
Simenon
Más cifras para el
asombro. Según la UNESCO, el escrito belga Georges Simenon vendió desde 1921 en
todo el mundo más de 500 millones de ejemplares de sus 500 obras, publicadas en
39 países, traducidas a 87 idiomas y recopiladas en 72 volúmenes desde 1989. El
total de sus novelas sobre el comisario -¡no inspector!- Maigret asciende a 72.
Escribió, además, miles de artículos.
Se rodaron 55
películas basadas en otras tantas novelas suyas, para firmar muchas de las
cuales utilizó 22 seudónimos.
Se casó tres veces,
tuvo cuatro hijos y vivió en Suiza en 36 casas. ¡Hizo el amor con 10.000
mujeres! En 1989 se cumplió el vigésimo aniversario de su muerte.
La calle 35 oeste
Otra dirección muy
popular en las novelas de detectives es Calle 35 Oeste (Mahattan, Nueva York).
Allí, en una casa de fachada de piedra arenisca de color pardo rojizo viven el
investigador privado Nero Wolfe y su ayudante y brazo derecho, Archie Goodwin.
Wolfe, que pesa
cerca de 130 kilos, es un sibarita. Le apasionan la buena comida y en
particular la cerveza, de la que hace un consumo desaforado.
No sale nunca de su
casa –en cuya terraza cultiva orquídeas- Es, quizás junto con Philo Vance, el
doctor Thorndyke y Van Dusen (La Máquina
Pensante) el detective más culto de la literatura policial.
Utiliza a destajo
las células grises que menciona con tanta frecuencia el Hércule Poirot de
Agatha Christie y tiene un pasado tumultuoso que incluye actividades como
agente secreto.
Es padre de una
hija. De ella, como de sus escarceos en los servicios de inteligencia se habla
poco o nada en las aventuras de Wolfe y Goodwin. Este último es una suerte de
Watson, pero más joven, buen mozo, atlético, inteligente y mujeriego.
Rex Stout fue un
escritor norteamericano nacido en Noblesville (Indiana). Estudio en la
Universidad de Kansas. Fue un gran lector. Desempeñó en cuatro años treinta
trabajos diferentes en seis estados de la Unión. Antes de hacerse famoso con su
personaje Nero Wolfe, lo fue, y además millonario por su plan para la buena
administración bancaria de los recursos económicos de los escolares.
¡La importancia de
los números!
@ José Luis Alvarez Fermosel
(Sigue)
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