Acerca de los valses
-de los que hablé en otro post- quizá sea necesario recordar que en aquellos
tiempos de los valses de Viena no todo era azul, como decían los poetas que era
el Danubio para los enamorados; ni tampoco color de rosa, ni estaba todo
signado por la sofisticación, ni todo
era alegre, elegante y divertido.
Se libraban guerras
que duraban 30 y hasta 100 años; el analfabetismo, la pobreza, la higiene y la
incuria alcanzaban niveles muy elevados. Los nobles y los reyes no escapaban a
las generales de la ley. El poder y el dinero no garantizan la buena salud ni
son un seguro contra la adversidad, ni libran de la muerte.
Ya que Austria salía
a relucir en mi otro post, recordemos a Francisco José I (1848–1916), emperador
(ilustración) de ese país centroeuropeo, que fue sin duda uno de los monarcas
más desdichados de la historia.
Su reinado de 68
años se vio comprometido por luchas con Prusia, Turquía, Rusia y la Primera
Guerra Mundial (1939–1945).
Su esposa, Elizabeth
Von Wittelbasch –la Sisí que encarnó en varias películas de los años 50 la
actriz austríaca, nacionalizada francesa, Romy Schneider-, fue asesinada a los
60 años en Ginebra de una puñalada que le asestó el anarquista italiano Luigi
Lucheni con una lima de carpintero.
El único hijo de
Francisco José, el príncipe Rodolfo mató a su amante de un tiro de revólver y
se suicidó acto seguido del mismo modo en su pabellón de caza de Mayerling.
Maximiliano, hermano
de Francisco José, nombrado emperador de México murió en Querétaro fusilado por
el indio Juárez. Su mujer, Carlota Amalia de Bélgica, hija del rey Leopoldo II
de Bélgica se volvió loca en Roma a los 27 años. Murió a los 87, cerca de
Bruselas.
Un sobrino de
Francisco José, Luis II de Baviera fue arrebatado por la locura y se dedicó
compulsivamente a mandar construir castillos por todas partes.
La cuñada del
emperador, la duquesa de Alençon murió en el incendio del Bazar de Caridad.
Otro sobrino de
Francisco José, el archiduque Francisco Fernando fue asesinado a tiros de
pistola junto con su esposa Sofía por Gavrilo Princip en Sarajevo, el 28 de
junio de 1914.
El magnicido
adelantó la Primera Guerra Mundial, que causó más de nueve millones de muertos.
© José Luis Alvarez Fermosel
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