domingo, 30 de junio de 2013

Más allá del vals



Acerca de los valses -de los que hablé en otro post- quizá sea necesario recordar que en aquellos tiempos de los valses de Viena no todo era azul, como decían los poetas que era el Danubio para los enamorados; ni tampoco color de rosa, ni estaba todo signado por la sofisticación,  ni todo era alegre, elegante y divertido.
Se libraban guerras que duraban 30 y hasta 100 años; el analfabetismo, la pobreza, la higiene y la incuria alcanzaban niveles muy elevados. Los nobles y los reyes no escapaban a las generales de la ley. El poder y el dinero no garantizan la buena salud ni son un seguro contra la adversidad, ni libran de la muerte.
Ya que Austria salía a relucir en mi otro post, recordemos a Francisco José I (1848–1916), emperador (ilustración) de ese país centroeuropeo, que fue sin duda uno de los monarcas más desdichados de la historia.
Su reinado de 68 años se vio comprometido por luchas con Prusia, Turquía, Rusia y la Primera Guerra Mundial (1939–1945).
Su esposa, Elizabeth Von Wittelbasch –la Sisí que encarnó en varias películas de los años 50 la actriz austríaca, nacionalizada francesa, Romy Schneider-, fue asesinada a los 60 años en Ginebra de una puñalada que le asestó el anarquista italiano Luigi Lucheni con una lima de carpintero.
El único hijo de Francisco José, el príncipe Rodolfo mató a su amante de un tiro de revólver y se suicidó acto seguido del mismo modo en su pabellón de caza de Mayerling.
Maximiliano, hermano de Francisco José, nombrado emperador de México murió en Querétaro fusilado por el indio Juárez. Su mujer, Carlota Amalia de Bélgica, hija del rey Leopoldo II de Bélgica se volvió loca en Roma a los 27 años. Murió a los 87, cerca de Bruselas.
Un sobrino de Francisco José, Luis II de Baviera fue arrebatado por la locura y se dedicó compulsivamente a mandar construir castillos por todas partes.
La cuñada del emperador, la duquesa de Alençon murió en el incendio del Bazar de Caridad.
Otro sobrino de Francisco José, el archiduque Francisco Fernando fue asesinado a tiros de pistola junto con su esposa Sofía por Gavrilo Princip en Sarajevo, el 28 de junio de 1914.
El magnicido adelantó la Primera Guerra Mundial, que causó más de nueve millones de muertos.

© José Luis Alvarez Fermosel

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