Por
el humo se sabe
donde
está el fuego;
del
humo del cariño
nacen
los celos:
Son
mosquitos que vuelan
junto
al que duerme
y
zumbando le obligan
a
que despierte.
¡Si
yo lograra,
de
verdad para siempre,
dormir
el alma!
Y,
en la celdilla del amor aquél,
borrar
el vértigo
de
aquella mujer.
Por
una puerta
del
alma va saliendo
la
imagen muerta.
Por
otra puerta llama
la
imagen que podría
curarme
el alma.
Se
me entra por los ojos
y
a veces sueño
que
ya la adoro.
Cariño
de mi alma
recién
nacido,
la
llama extingue,
¡ay!
de aquel cariño.
¡Vana
ilusión!
En
amores no vale
matar
la llama,
si
en las cenizas muertas,
queda
la brasa.
El
amor se aletarga
con
los desdenes
y
parece dormido,
pero
no duerme.
¡Ay,
quién lograra
de
verdad para siempre
dormir
el alma!
Y,
en la celdilla del amor aquel,
borrar
el vértigo
de
aquella mujer
fatal.
¡Ah! fatal.
La
romanza Por el humo se sabe de Doña Francisquita está considerada como
una página lírica de singular calidad, que cobra excelencia en la privilegiada
voz del tenor lírico español Alfredo Kraus, versión que ofrecemos aquí.
Doña Francisquita, basada en la comedia La discreta enamorada, de Lope de Vega, está considerada por sus
características una ópera cómica. Es, en todo caso, un modelo del género
grande.
La
música es del maestro Amadeo Vives y la letra de Federico Romero y Guillermo
Fernández-Shaw.
Se
estrenó en el Teatro Apolo de Madrid
el 17 de octubre de 1923 y desde entonces no ha dejado de representarse y de
ser aplaudida como un fiel retrato del Madrid romántico, pleno de viveza, frescura y colorido. Sus autores
no dejaron caer la obra en la mera recreación histórica.
La
acción se sitúa en el Madrid del siglo XIX, durante el carnaval.
© J. L. A. F.
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