domingo, 9 de marzo de 2008

Quitapenas

Hay fotografías que, en realidad, son cuadros que pintan quienes están en ellos, sin saber que están dentro de un cuadro. Cuando salen, si antes no los ha dejado un fotógrafo convertidos en personajes para siempre, queda sólo el marco vacío. De ahí viene lo de la foto instantánea. Si no se captan los seres, el ambiente, las luces, las sombras y el color en un instante, no hay fotografía ni, mucho menos, cuadro.
La foto que comentamos es una instantánea plena de intemporalidad. Y un cuadro. Tiene todos los elementos de un cuadro (de Chardin, Wright of Derby, Spitzberg, Seurat…).
La paz en un rincón de la calle Postas, muy cerca de la Puerta del Sol, en Madrid, en una hora indefinida de la mañana, tal vez las once.
Una taberna con un nombre casi onomatopéyico, de puro expresivo: "Quitapenas".
En la mínima terraza, un señor con ropas deportivas que muy bien podría ser un turista, aunque también un madrileño castizo, lee un libro de lomo verde y portada roja. Se ve que el libro es interesante, pues su lector tiene una expresión absorta y se cubre el mentón con la mano izquierda, en un gesto propio del que medita, reflexiona o, como en este caso, está sumido en una lectura atrapante.
A la derecha del lector, unas señoras beben cerveza.
Hay una aspiradora, un pequeño cubo amarillo y dos cajas de cartón frente a la puerta del local, lo que llevaría a pensar que acaba de abrir y han sacado a la calle los útiles de limpieza, que alguien volverá a meter dentro enseguida.
La sensación de tranquilidad, de “dolce far niente”, de paz, la da el perro canela tendido en la calle cuan largo es, durmiendo a pata suelta el sueño de los justos. No lejos del can hay una pequeña bandeja de plástico blanco que contrasta, o hace juego con el rojo y blanco del calzado del señor calvo que está leyendo.
El recipiente podría haber contenido la pitanza del perro; si fue así, no quedó ni una miga y, ya se sabe, después de una buena comida nada hay mejor que una siesta.
Un hombre con camisa roja a pequeños cuadros y pantalón claro hace mutis por el foro.
Ya tenemos completo el cuadro: sencilla y tranquila alegoría de la paz y la convivencia en un tiempo que no registran los relojes porque lo ha detenido una cámara atenta y sabia.

Foto:
De la serie: En la calle
© Maite - 2007


© José Luis Alvarez Fermosel



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Caballero: ¡Qué hermosa foto y cuán cierto lo que dice ud.! Es verdad que la escena parece un cuadro real e ideal. Muchos cariños. Sandra (oyente fiel de Olivos)

Anónimo dijo...

Sandra: me alegro mucho de que te haya gustado la foto que verdaderamente es un cuadro cuya sola observación induce a la tranquilidad, al silencio, a la lectura... Gracias por tus elogios y ya aparecerán más fotos. Cariños.

Anónimo dijo...

Muy cierto lo que describís de la foto que es excelente. Un gran abrazo y te felicito por el blog y brindo por tu vuelta a la radio. Mario (Villa del Parque)

Anónimo dijo...

Gracias, Mario. La foto, verdaderamente, es muy buena. Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Foto: excelente. Texto: imperdible. Sensación: Uno y otro (foto y texto) se complementan como si fueran simbiosis. Mi pregunta es, ¿la fotógrafa, Maite, es la mujer a la que se refiere en su CV, o sea, su mujer? De ser así, hágale llegar mis felicitaciones. Rodrigo (Asunción, Paraguay)

Anónimo dijo...

Rodrigo: gracias en mi nombre y en el de Maite por tus elogios. Ella es, en efecto, mi mujer a la que me refiero en mi presentación en el blog. He tenido que hacerle respirar sales inglesas porque, emocionada por tu felicitación, casi se desmaya. Un abrazo.