El "jean" fue inventado por un hombre práctico: Lewis Strauss, un sastre alemán que en 1849 emigró de Nueva York a California, en plena fiebre del oro.
Allí observó que no había pantalón que aguantara, con el uso que le daban los mineros. Y tuvo la feliz ocurrencia de pedir a sus parientes que le mandaran al Oeste la tela más gruesa que hubiera -lienzo para velas de barco-, con la que empezó a fabricar los pantalones que pronto se harían famosos en el mundo entero y que todavía hoy llevan su marca.
Era una prenda de trabajo ideal para ser sometida al durísimo trato que le daban a la ropa los hombres de los campamentos mineros. Azul, con las costuras de hilo amarillo y con remaches de cobre. Así era, y así es el pantalón tejano: el "jean" que hizo millonario al señor Strauss y desde 1870, cuando se usaba en todo el Far West hasta hoy, sigue cubriendo nuestras piernas.
Allí observó que no había pantalón que aguantara, con el uso que le daban los mineros. Y tuvo la feliz ocurrencia de pedir a sus parientes que le mandaran al Oeste la tela más gruesa que hubiera -lienzo para velas de barco-, con la que empezó a fabricar los pantalones que pronto se harían famosos en el mundo entero y que todavía hoy llevan su marca.
Era una prenda de trabajo ideal para ser sometida al durísimo trato que le daban a la ropa los hombres de los campamentos mineros. Azul, con las costuras de hilo amarillo y con remaches de cobre. Así era, y así es el pantalón tejano: el "jean" que hizo millonario al señor Strauss y desde 1870, cuando se usaba en todo el Far West hasta hoy, sigue cubriendo nuestras piernas.
© José Luis Alvarez Fermosel
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