Lo que hay que hacer
Lo ideal sería que no hubiera que hacer nada porque no pasara nada. Pero desgraciadamente pasa de todo, y de todo lo malo; así que hay que estar siempre alerta y en condiciones de defenderse de quien pretenda atacarle a uno.
Si tuviera que neutralizarse una agresión en la calle lo ideal sería mantener la serenidad, ya que el pánico paraliza y bloquea y la bronca nubla la razón y la vista. ¿Qué hacer, entonces?
Como para obtener el cinturón negro de cualquier arte marcial uno tiene que pasarse en el “dojo” (1) cuatro o cinco años practicando tres o cuatro veces por semana, y luego seguir entrenándose y, además, el aprendizaje es caro, yo creo que lo más práctico y menos costoso, en todo los sentidos, es que tratemos de manejarnos en situaciones de peligro con recursos un poco de andar por casa, valga la expresión, pero que nos puedan servir para salir airosos en una pelea callejera.
Un ejercicio interesante, ya que hablamos de andar por casa, es entrenarse en ratos libres con la pareja de uno, con su hermano o un amigo: abrazarse fuerte, tratar de zafar, rodar por el suelo, sujetarse, trabarse, destrabarse, precipitarse el uno contra el otro, boxear como Dios le dé a uno a entender, acostumbrarse al cuerpo a cuerpo, a salir de agarres y trabas, inventar golpes… Y procurar mantenerse en la mejor forma física posible, del modo que más fácil le resulte a uno.
Así uno se acostumbrará al contacto físico con otro cuerpo, en situación de lucha, y si la cosa va de veras podrá ofrecer resistencia, sacudirse, tratar de escapar, forcejear y, una de las cosas más positivas, dar a entender que uno no está dispuesto a someterse sin resistencia. Si la lucha dura dos minutos, el atacante emprende la fuga.Todo esto en el caso de que nuestro oponente no exhiba arma alguna, de la clase que sea, no nos cansaremos de repetirlo.
Como no hay mejor defensa que un buen ataque, juguémonos el todo por el todo. Conviene recordar que la cara es el lugar más vulnerable y, en la cara, los ojos y la nariz; la frente, no: el frontal es uno de los huesos más duros del cuerpo, si no el que más, y un golpe en él puede doler, pero no aturde.
Es mucho mejor impactar en la nariz con el puño, el filo de la mano o la cabeza –el típico cabezazo tucumano-; o estrellar la mano con los dedos “en desparramo”, en un gesto similar al que hacemos para indicar que hay prisa y hay que irse. Así podemos impactar en la nariz y en un ojo, o los dos.
Los golpes en la nariz atontan y provocan epíxtasis, o efusión de sangre, y ya sabemos lo que impresiona la sangre cuando fluye, y más cuando es nuestra.
En cuanto a los ojos lo mejor es apretarlos con las yemas de los pulgares o con los dedos índice y anular, en el clásico piquete. Desplegar en este caso toda la fuerza que podamos, que no vamos a dejar ciego a nuestro agresor.
Si el asaltante viene de frente, en cuanto nos demos cuenta de sus (malas) intenciones hay que tratar de frenarlo extendiendo los brazos y girándolos como aspas de molino, mientras uno se desplaza de uno a otro costado y grita con toda la fuerza de sus pulmones.
Si tratan de pegarnos en arco con el golpe que en boxeo se llama “cross” o gancho, es decir, girando el brazo en semicírculo, levantemos nuestros brazos con los puños cerrados a la altura de las sienes, contrayendo los músculos. (Esto se lo recomiendo también a los hombres golpeados por sus mujeres, que son muchos –en España hay ya 50.000- y todo se les va en acudir a foros y hacer declaraciones en los medios. Si uno se cubre adecuadamente el rostro con los brazos los golpes no llegan a su destino.)
Las mujeres deberían llevar el pelo corto, o recogido de manera tal que no pudieran agarrarlas tirándoles de los cabellos hacia atrás. Si el ataque viniera por la espalda, precisamente, y la trabaran con los brazos pegados al cuerpo, la víctima debería agacharse todo lo rápidamente que pudiera, en un movimiento seco, hasta casi llegar con la cabeza a los pies.También podría echar atrás la cabeza y golpear con la nuca la nariz del atacante, o clavarle con toda su fuerza los tacones de los zapatos –si es que lleva tacones- en los pies.
Para pegar en la nuez de Adan hay que hacerlo con mucha fuerza y mucha precisión, cosa que no siempre es factible, pero bueno es que se sepa que ese es un golpe muy efectivo.
Asir las orejas y tirar con fuerza hacia abajo hasta desgarrarlas. No es probable que nos quedemos con una o las dos orejas del agresor en las manos, pero sí así fuera y esto le ocurriera a una mujer más vale maleante desorejado que mujer violada, o muerta.
Contra el agarre del cuello no hay nada mejor que tomar los dedos pulgares de nuestro agresor y tirar hacia fuera con violencia, los dedos pulgares o los que sean, pero tirar hasta que se descoyunten o se rompan. Si nos toman de la muñeca, hagamos un giro violento hacia fuera y nos libraremos del agarre.
Volviendo a las artes marciales, la que hoy en día resulta más práctica y más fácil de aprender es el Krav Maga, lucha de contacto usada por la milicia israelí (ver nota relacionada).
En el próximo capítulo explicaremos cómo convertir en armas objetos domésticos como llaves, lápices, libros, cucharitas de café…¡y hasta manzanas!
(1) Gimnasio
Lo ideal sería que no hubiera que hacer nada porque no pasara nada. Pero desgraciadamente pasa de todo, y de todo lo malo; así que hay que estar siempre alerta y en condiciones de defenderse de quien pretenda atacarle a uno.
Si tuviera que neutralizarse una agresión en la calle lo ideal sería mantener la serenidad, ya que el pánico paraliza y bloquea y la bronca nubla la razón y la vista. ¿Qué hacer, entonces?
Como para obtener el cinturón negro de cualquier arte marcial uno tiene que pasarse en el “dojo” (1) cuatro o cinco años practicando tres o cuatro veces por semana, y luego seguir entrenándose y, además, el aprendizaje es caro, yo creo que lo más práctico y menos costoso, en todo los sentidos, es que tratemos de manejarnos en situaciones de peligro con recursos un poco de andar por casa, valga la expresión, pero que nos puedan servir para salir airosos en una pelea callejera.
Un ejercicio interesante, ya que hablamos de andar por casa, es entrenarse en ratos libres con la pareja de uno, con su hermano o un amigo: abrazarse fuerte, tratar de zafar, rodar por el suelo, sujetarse, trabarse, destrabarse, precipitarse el uno contra el otro, boxear como Dios le dé a uno a entender, acostumbrarse al cuerpo a cuerpo, a salir de agarres y trabas, inventar golpes… Y procurar mantenerse en la mejor forma física posible, del modo que más fácil le resulte a uno.
Así uno se acostumbrará al contacto físico con otro cuerpo, en situación de lucha, y si la cosa va de veras podrá ofrecer resistencia, sacudirse, tratar de escapar, forcejear y, una de las cosas más positivas, dar a entender que uno no está dispuesto a someterse sin resistencia. Si la lucha dura dos minutos, el atacante emprende la fuga.Todo esto en el caso de que nuestro oponente no exhiba arma alguna, de la clase que sea, no nos cansaremos de repetirlo.
Como no hay mejor defensa que un buen ataque, juguémonos el todo por el todo. Conviene recordar que la cara es el lugar más vulnerable y, en la cara, los ojos y la nariz; la frente, no: el frontal es uno de los huesos más duros del cuerpo, si no el que más, y un golpe en él puede doler, pero no aturde.
Es mucho mejor impactar en la nariz con el puño, el filo de la mano o la cabeza –el típico cabezazo tucumano-; o estrellar la mano con los dedos “en desparramo”, en un gesto similar al que hacemos para indicar que hay prisa y hay que irse. Así podemos impactar en la nariz y en un ojo, o los dos.
Los golpes en la nariz atontan y provocan epíxtasis, o efusión de sangre, y ya sabemos lo que impresiona la sangre cuando fluye, y más cuando es nuestra.
En cuanto a los ojos lo mejor es apretarlos con las yemas de los pulgares o con los dedos índice y anular, en el clásico piquete. Desplegar en este caso toda la fuerza que podamos, que no vamos a dejar ciego a nuestro agresor.
Si el asaltante viene de frente, en cuanto nos demos cuenta de sus (malas) intenciones hay que tratar de frenarlo extendiendo los brazos y girándolos como aspas de molino, mientras uno se desplaza de uno a otro costado y grita con toda la fuerza de sus pulmones.
Si tratan de pegarnos en arco con el golpe que en boxeo se llama “cross” o gancho, es decir, girando el brazo en semicírculo, levantemos nuestros brazos con los puños cerrados a la altura de las sienes, contrayendo los músculos. (Esto se lo recomiendo también a los hombres golpeados por sus mujeres, que son muchos –en España hay ya 50.000- y todo se les va en acudir a foros y hacer declaraciones en los medios. Si uno se cubre adecuadamente el rostro con los brazos los golpes no llegan a su destino.)
Las mujeres deberían llevar el pelo corto, o recogido de manera tal que no pudieran agarrarlas tirándoles de los cabellos hacia atrás. Si el ataque viniera por la espalda, precisamente, y la trabaran con los brazos pegados al cuerpo, la víctima debería agacharse todo lo rápidamente que pudiera, en un movimiento seco, hasta casi llegar con la cabeza a los pies.También podría echar atrás la cabeza y golpear con la nuca la nariz del atacante, o clavarle con toda su fuerza los tacones de los zapatos –si es que lleva tacones- en los pies.
Para pegar en la nuez de Adan hay que hacerlo con mucha fuerza y mucha precisión, cosa que no siempre es factible, pero bueno es que se sepa que ese es un golpe muy efectivo.
Asir las orejas y tirar con fuerza hacia abajo hasta desgarrarlas. No es probable que nos quedemos con una o las dos orejas del agresor en las manos, pero sí así fuera y esto le ocurriera a una mujer más vale maleante desorejado que mujer violada, o muerta.
Contra el agarre del cuello no hay nada mejor que tomar los dedos pulgares de nuestro agresor y tirar hacia fuera con violencia, los dedos pulgares o los que sean, pero tirar hasta que se descoyunten o se rompan. Si nos toman de la muñeca, hagamos un giro violento hacia fuera y nos libraremos del agarre.
Volviendo a las artes marciales, la que hoy en día resulta más práctica y más fácil de aprender es el Krav Maga, lucha de contacto usada por la milicia israelí (ver nota relacionada).
En el próximo capítulo explicaremos cómo convertir en armas objetos domésticos como llaves, lápices, libros, cucharitas de café…¡y hasta manzanas!
(1) Gimnasio
© José Luis Alvarez Fermosel
Notas relacionadas:
“Krav Maga”
(http://www.artesmarcialesonline.com/scripts/articulos/contenido.asp?id=15)
“En emergencia (I)”: Lo que no hay que hacer
(http://elcaballeroespanol.blogspot.com/2008/12/en-emergencia_5777.html)
4 comentarios:
José Luis: Estas notas suyas son las mejores que he leído comparadas con las de los diarios. Mucha gente le dice a uno que se cuide pero no le da ni una sóla idea de cómo. Uno hace lo que puede pero si sabe algo, mejor. Un abrazo. Buenísimo el blog. Sebastián (Mar del Plata)
Estimado Caballero Español: Por lo que explica en este post, ¿puede ser que este arte marcial sea el que JLo muestra en la película "Nunca más"? Muy buenos los consejos. Lo felicito y le deseo muy buenas fiestas. Pancho (de San Telmo)
Sebastián: mil gracias por tu correo. Tienes mucha razón: lo más común es que le digan a uno que se defienda, pero efectivamente no le dicen cómo. Un abrazo.
Pancho: En efecto, el Krav Maga es el arte marcial que Jennifer Lopez esgrime contra su marido golpeador en la película "Nunca más". Muchas gracias por tu felicitación. Yo también te deseo lo mejor para las fiestas.
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