Al aristócrata español Enrique de Villena (Madrid, 1384–1434), prolífico y culto escritor de la corte de Enrique III se debe, entre otras obras curiosas y enigmáticas, un tratado de corte y presentación de manjares titulado Arte de cortar con cuchillo (1423) o Arte cisoria: el primer manual de etiqueta cortesana que enseña cómo comportarse correctamente en la mesa y que, al mismo tiempo, fue uno de los primeros libros de cocina de la historia de España.
Consciente de su ineptitud para la guerra o la vida política propias de aquellos azarosos tiempos, se dedicó a la literatura.
Cargó con fama de nigromante, por la que se hizo popular entre sus homólogos más que por la de escritor, hasta el extremo de que inspiró a Ruiz de Alarcón, Rojas Zorrilla, Quevedo, Hartzenbusch y siglos después al crítico costumbrista Mariano José de Larra para crear personajes cargados de esoterismo.
Según una conocida –y disparatada- leyenda, el marqués de Villena, que no era marqués sino un distinguido cortesano, había estudiado nigromancia con el mismísimo diablo. (¡A cuántos les habría gustado…!)
Fue un excelente traductor de latín e italiano, que tradujo al castellano nada menos que La Eneida de Virgilio, la Retórica nueva de Marco Tulio Cicerón y La Divina Comedia de Dante.
© José Luis Alvarez Fermosel
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