He recibido dos libros muy buenos sobre Inmigración y Literatura (El viaje y Motivos), con una documentación exhaustiva, de la escritora, profesora de Letras -egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires-, investigadora y periodista argentina, nieta de gallegos y biznieta de lombardos, María González Rouco (foto). Le quedo muy agradecido.
También me manda María un libro de no inferior calidad de su marido, Carlos Prebble, sobre Música Celta Argentina. Prebble es Contador Público Nacional y periodista.
Hemos escrito los tres en los mismos medios en alguna oportunidad, dicho sea esto entre paréntesis.
He leído, además, varios trabajos de María, cuyo curriculum es impresionante. No ha dejado de trabajar desde que salió de la facultad, centrándose en el tema de la inmigración y publicando además ensayos, comentarios, reportajes, crónicas de actualidad, cuentos y versos sobre los más diversos temas.
La belleza no invalida la profesionalidad
Tuve el gusto de conocer personalmente a María González Rouco en el Club Español de Buenos Aires, el día que recibí la distinción que me otorgó la Asociación de la Prensa Española en Argentina (APEA). Y me pasó lo mismo que a ese otro gran investigador, historiador y escritor que es Alberto Sarramone, quien dijo por escrito: “María: Lamentablemente eres muy linda y simpática y mi testimonio podría ser invalidado por esta admiración, pero es increíble tu despliegue para estar en toda actividad cultural. De no existir, alguien te debería haber inventado”.
Hago mías, una por una, las palabras de Sarramone, otra personalidad seria y del máximo interés de la cultura argentina, investigador e historiador de primerísima línea.
Es precisamente lo que falta, la seriedad, la responsabilidad, la investigación, la dedicación apasionada a un tema. De todo eso y más tienen para dar de sobra María González Rouco y Carlos Prebble. Del libro de éste último ha dicho Luis Daniel Zuluaga: “Considero un gran aporte a la identidad nacional una obra abarcadora de manifestaciones culturales y en especial de las expresiones musicales con consecuencias integradoras”.
María sigue trabajando a marchas forzadas, recorriendo facultades, bibliotecas, ateneos, casa de altos estudios, archivos y recibiendo y clasificando material de infinidad de centros culturales, lo cual se materializará en la próxima aparición de nuevos libros en los que tendremos oportunidad de seguir adentrándonos en el siempre apasionante tema de la inmigración, sus factores determinantes, sus modalidades, sus resultados y sus consecuencias, entre otros factores.
Cabrá esperar también el surgimiento de trabajos de no menos interés sobre otros asuntos concernientes a la vida y la circunstancia del hombre –digamos orteguianamente-, que serán muy bien acogidos por la crítica y el público.
Excelente manejo del idioma
Por último, pondremos el acento en algo que hemos observado con la mayor atención y es muy poco común entre los mandarines de nuestra intelectualidad: los libros de María y Carlos están muy bien escritos, con un excelente manejo del idioma. No se observan en ellos los errores –algunos garrafales- y las confusiones que suelen ser consecuencia de la soberbia de creer que se sabe todo y que no son necesarias la comprobación, la revisión y la corrección.
Para contrastar esto añadimos a nuestro comentario, por completo imparcial y objetivo, algunas notas en las que se muestra el reverso de la medalla acuñada por María González Rouco y Carlos Prebble, dos intelectuales auténticos que, precisamente por su autenticidad y sus valores son gente sencilla y humilde, muy distante del esnobismo y la pedantería tan comunes en la “intelligentsia” local.
© José Luis Alvarez Fermosel
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