miércoles, 30 de noviembre de 2011

Llamarse andana


En lo que no se gana, llámate andana. Este dicho, o refrán aconseja no esforzarse en aquello de lo que no puede obtenerse algún beneficio.
El modismo “llamarse andana” equivalía a desentenderse de lo que fuera, o pudiera entenderse como un compromiso.
El significado de esta expresión, característica del habla popular, ha cambiado mucho desde que se instaló en el castellano.
La voz andana parece ser una corrupción de antana o altana, que en germanía quiso decir templo.
El dicho nació, probablemente, en el medioevo, cuando los delincuentes o perseguidos por la justicia se refugiaban en los templos, donde gozaban de inmunidad al llamarse a antana, es decir, al ponerse bajo el amparo del derecho de asilo concedido a las iglesias católicas.
Con el transcurso del tiempo, llamarse andana pasó a significar, de modo figurado, eludir o esquivar obligaciones o castigos.

© José Luis Alvarez Fermosel

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