domingo, 21 de abril de 2013

De pantalón corto



La moda del “short”, cualquier otro tipo de pantalón corto, las bermudas, el pantalón llamado pescador, o de pescador se ha extendido como una mancha de aceite en un papel de estraza entre la población más o menos masculina de Buenos Aires, de otras ciudades argentinas y nos da la impresión de que en todo, o casi todo el mundo.
La moda, vigente en otoño y en invierno, cuando no hace calor, responde a la obsesión de prolongar su adolescencia del hombre que nosotros dimos en llamar macho posmo de esta era boba, inconsistente, esnob, trivial, cursi y cutre al mismo tiempo.
Por eso es tan común que proliferen los adolescentes de hasta cuarenta años –los 14 de nuestra época-.
Así, muchos hombres van por el mundo mostrando unas piernas flacas, lampiñas o peludas como las de los monos, varicosas, torcidas o gordísimas, deformes, a las mujeres.

Las piernas de las mujeres

El (feo) espectáculo se ofrece a todo el mundo; sino que nosotros, los hombres que no somos posmodernos, volvemos la cabeza a otro lado para ver las piernas de las mujeres, que no deben sentirse motivadas, por decirlo de alguna manera, al ver las patas de los machos posmodernos.
En nuestros tiempos –no tan lejanos- los chicos tratábamos de dejar atrás la adolescencia cuanto antes, y que nos consideraran hombres a todos los efectos. Y nos poníamos pantalones largos a los 13 ó14 años.
Una de las ilusiones de nuestras jóvenes vidas era que llegara el momento de que pudiéramos lucir un traje, o una chaqueta deportiva combinada con un pantalón “ad hoc”, no necesariamente complementado por camisa y corbata. También era adecuado el suéter de cuello volcado en invierno, o la camisa abierta en verano.
¡Había que ver, llegado el momento de lucir un terno, cómo cuidábamos los nuestros, y especialmente la raya del pantalón, que tenía que estar muy bien planchada, muy bien marcada, casi recordando el filo de una espada!

Nuestros modelos del cine

Los artistas de cine a los que queríamos parecernos cuando  estábamos terminando el bachillerato eran para nosotros el summun de la virilidad y la elegancia, en particular los ingleses.
Ya tenían sus años, ¡pero cómo se llevaban a las mujeres de calle en aquellas películas policiales, de aventuras o de besos!
Cary Grant –el más elegante de todos-, Georges Sanders, Stewart Granger, David Niven, Rex Harrison, James Mason…
Y Gary Cooper, Gregory Peck, que estuvo en Buenos Aires para presentar su película  Gringo viejo, sobre la vida del escritor estadounidense Ambrose Bierce. Y Sean Connery, a quien entrevistamos en Almería, el epicentro del Cantimpalo western, el Hollywood español.
Los españoles Alberto Closas, de quien tuvimos la fortuna de ser amigos, Paco Rabal, Fernando Rey, Fernando Fernán Gómez, el uruguayo afincado en España Sancho Gracia…
Todos ellos, y muchos que nos dejamos en el tintero hubieran considerado de muy mal gusto salir a la calle en calzoncillos, o prenda similar, por mucho calor que hiciera.
Pero aquéllos eran otros tiempos, ya se sabe.

© José Luis Alvarez Fermosel   

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