miércoles, 3 de abril de 2013

Abril es el mes más cruel

Abril es el mes más cruel, criando
lilas de la tierra muerta, mezclando
memoria y deseo, removiendo
turbias raíces con lluvia de primavera.
El verano nos sorprendió, llegando por encima
del Stanrbergersee
con un chaparrón; nos detuvimos en la columnata,
y seguimos a la luz del sol, hasta Hofgarten,
y tomamos café y hablamos un buen rato.
Bin gar keine Russin, stamm’aus Lituanen, echt deutsch.

(La tierra baldía, fragmento, T. S. Eliot)

No sólo abríl tiene mala fama para poetas como Eliot. Febrero, el inefable febrerico el loco también ha sido vapuleado por poetas y prosistas. Un refrán dice que Febrerillo el loco, con sus días veintiocho, sacó a su padre al sol y después lo apedreó.
Al igual que otro varios, fustiga este proverbio la versatilidad del mes de febrero, porque al buen tiempo intempestivo suceden a menudo las lluvias torrenciales y aun el granizo devastador.
Febreros y abriles, los más viles. Porque tanto las labores domésticas como las agrícolas se hacen más penosas por el frío. Por eso añaden otros refranes: Febrero, siete capas y un sombrero y, Frío de abríl, peor que el eneril.
Una parte de Argentina está arrasada por las lluvias torrenciales de abril. Casi siempre que llueve mucho se producen anegamientos, desastres, derrumbamientos y, lo que es peor, la furia de las aguas  embravecidas cobra vidas humanas.
Así viene ocurriendo desde hace muchos años, lo que el pueblo achaca a la desidia e inoperancia de las autoridades, que no toman medidas como, por citar una sola, la limpieza y el mantenimiento de la red de alcantarillado y demás desagües.
Algunos sacan a relucir aquí al respecto un refrán que consideran adecuado a las presentes circunstancias: Política y pancismo (1) todo es lo mismo.
Se condena así toda actividad política. Como dice un cantar zaragozano: “Estoy discurriendo el modo de vivir sin trabajar./ Lo mejor pa conseguillo / es que m´hagan concejal”.

(1) Doctrina de quienes se acomodan a lo que consideran menos arriesgado y más conveniente para su provecho.

© José Luis Alvarez Fermosel 

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