Una guardia montada melancoliza en una suerte de tierra de nadie, en un crepúsculo difuso y azulenco. Nada más opuesto a la marcialidad de las tropas de caballería y a la tensión del patrullaje que los cansinos corceles, y sus no más vivaces jinetes, de este cuadro del pintor italiano Giovanni Fattori, que refleja a la perfección la fatiga y el desencanto de la Italia inmersa en sus luchas por la independencia nacional.
Los levantamientos de 1848, la aventura de los Mil de Garibaldi y otros acontecimientos similares dieron lugar al grupo de los “macchiaioli”, que surgió en Florencia.
Giovanni Fattori (1860-1890) emerge de este movimiento con cuadros que no representan escenas de batallas, ni ilustran episodio heroico alguno sino que plasman, con un realismo triste, la inercia y la confusión de soldados anónimos, de tropas de retaguardia, de patrullas cansadas: contrapunto de un realismo social deprimente.
Fattori se inspiró más tarde en los difíciles problemas que se le plantearon a Italia después de la unidad (1870). Su pintura, por tanto, no es alegre ni brillante pero sí muy expresiva, y capta certeramente el sentimiento de la realidad entre la historia y la cotidianeidad.
El cuadro reproducido líneas arriba se titula “De guardia”, fue pintado en 1872 y es parte de una colección privada que se conserva en Roma.
Los levantamientos de 1848, la aventura de los Mil de Garibaldi y otros acontecimientos similares dieron lugar al grupo de los “macchiaioli”, que surgió en Florencia.
Giovanni Fattori (1860-1890) emerge de este movimiento con cuadros que no representan escenas de batallas, ni ilustran episodio heroico alguno sino que plasman, con un realismo triste, la inercia y la confusión de soldados anónimos, de tropas de retaguardia, de patrullas cansadas: contrapunto de un realismo social deprimente.
Fattori se inspiró más tarde en los difíciles problemas que se le plantearon a Italia después de la unidad (1870). Su pintura, por tanto, no es alegre ni brillante pero sí muy expresiva, y capta certeramente el sentimiento de la realidad entre la historia y la cotidianeidad.
El cuadro reproducido líneas arriba se titula “De guardia”, fue pintado en 1872 y es parte de una colección privada que se conserva en Roma.
© José Luis Alvarez Fermosel
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